S. FERNÁNDEZ

Rubén Pellejero es un clásico del cómic español. Sus primeras páginas salieron en revistas tan legendarias como «Cimoc» o «Cairo». Trabajó con el guionista Jorge Zentner. Parte de su obra, desde comienzos de los ochenta para acá, se puede contemplar en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura. Pellejero recorrió ayer su memoria de autor de tebeos en compañía de aficionados tan ilustres como los norteamericanos Scott Hampton -que expone también en Avilés, en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE)- y Herb Trimpe, el creador de Lobezno y uno de los dibujantes de Hulk.

Pellejero comenzó su relato poniendo la vista en series como «Las memorias de Monsieur Griffaton». «Comencé mi carrera hablando de lo que tenía más cerca: la ciudad de Barcelona», explicó a los que conocieron la obra de Pellejero de manos del propio Pellejero. Hampton detuvo el recorrido en su primera portada de «Cimoc», la primera experiencia en color de Pellejero, artista, hasta entonces, en blanco y negro. «Se me van los ojos a esa mujer de negro», dijo Hampton. «Se me olvidó su sombra», bromeó Pellejero.