Los vecinos y los empresarios que tienen sus negocios en San Juan de Nieva, en la margen izquierda de la ría, están hartos de soportar la suciedad que generan las labores de carga y descarga de material en el puerto avilesino. «Esta mañana (por ayer) han estado cribando y ya no se puede poner ni un plato en el comedor. Lo hemos limpiado hace una hora y ya está negro otra vez», manifestó, indignada, la propietaria del local Casa Mary. La hostelera intentaba ayer salvar del hollín los pinchos que tenía sobre la barra. «Lo que ocurre aquí no es ni medio normal. No basta con que el Puerto limpie las aceras, eso ya lo hacemos nosotros con unas mangueras a presión que hemos comprado a propósito. Necesitamos que las tareas de carga y descarga se controlen para que la suciedad no se esparza», sentenció la empresaria mientras pasaba una bayeta húmeda por las mesas ennegrecidas de su local. «El suelo está sucio, todo está manchado...», manifestó al tiempo que un cliente protestaba por que su coche, estacionado a la puerta del bar, estaba cubierto por una capa de hollín.