Saúl FERNÁNDEZ

Uno de los debates sin aparente solución inmediata es aquel que propone a los grandes museos la restitución de los bienes esquilmados en los años en que la conciencia artística no existía. El caso más señero en este sentido se refiere al traslado de los frisos del Partenón de Atenas al Museo Británico de Londres a comienzos del siglo XIX. Se trata del conocido legado de Lord Elgin. Julien Anfrus, director general del Consejo Internacional de Museos (ICOM), explicó que «estas piezas todavía suscitan malentendidos», pese a ello, aseguró, «de no haber existido el traslado quizá no podríamos contemplar las piezas ahora mismo».

Anfrus explicó que los hechos sucedidos tienen un contexto histórico determinado. En el caso de los frisos: «Grecia formaba parte del imperio otomano, no era un país independiente, no existía, además, conciencia de que el arte resumía las raíces de una nación». Por todo ello, vino a decir, el hecho de que el legado de Elgin se pueda contemplar en el British Museum se puede considerar, cuando menos, un acierto. ¿Es el British un museo que se nutre de todo cuanto expolió el imperio? «No sólo este museo», aseguró Anfrus. En este punto puso el ejemplo del Louvre, que acoge la «Venus de Milo» o la «Victoria de Samotracia».

¿El patrimonio de una nación debe mantenerse en la nación que lo originó? Anfrus explicó que esta posibilidad es absurda. «¿De qué estamos hablando, de juntar todos los Velázquez en España, de hacer lo mismo con todo el patrimonio de Egipto?». El director del ICOM recordó que el Gobierno de Tony Blair promovió una ley según la cual las piezas de Elgin no pueden salir del Reino Unido. «Sin embargo, los frisos son los árboles que no dejan ver las acciones que están llevando a cabo los responsables del British», señaló. «El museo ha devuelto a Australia y a Nueva Zelanda restos humanos de aborígenes, de maoríes», comentó.

Anfrus consideró, por todo ello, que sería óptimo discutir «caso por caso, país por país». Recordó, en este sentido, que en Francia se permiten exposiciones temporales de material que llegó a las vitrinas de los museos por cualquier medio. Puso como ejemplo una espada japonesa que se exponía en el Museo del Ejército de París desde mediados del siglo XIX. «Muy pronto volverá a Japón», dijo.

¿Los museos modernos deben ser grandes contenedores de cultura o deben especializarse? «El Museo de Bellas Artes de Abu Dhabi, con la ayuda del Louvre, se ha inclinado por la posibilidad de universalizar todo el saber. Hay otro museo, también en Abu Dhabi, aunque de arte moderno, que, sin embargo, se inclina por la especialización. No hay nada regulado», concluyó.