Myriam MANCISIDOR

Crían en el Mar Negro y generalmente se les confunde con gaviotas reidoras, pero se apellidan cabecinegras y raramente invernan en la costa cantábrica. El temporal de los últimos días, contra todo pronóstico, trajo hasta el estuario avilesino casi un centenar de ejemplares. El colectivo ornitológico Mavea, según información disponible en su web «Páxaros en la ría», contó el pasado sábado 97 de estas aves marinas, lo que supone un récord de visitantes de esta especie, que duplica el máximo conocido hasta el momento.

Del total de gaviotas cabecinegras, ocho estaban anilladas. La mayoría hizo escala en la ensenada de Llodero y un buen número optó por las marismas de Recastrón. Las gaviotas cabecinegras se caracterizan por la coloración oscura de la cabeza en los adultos y por el color del pico, que pasa del rojo al negro. Estas aves marinas se alimentan generalmente de invertebrados acuáticos, peces y gusanos.

El colectivo ornitológico siguió también en los últimos días el paso de otro pájaro que raramente se detiene en la ría de Avilés: el charrán ártico o gaviotín, un ave marina que puede llegar a vivir hasta veinte años. La asociación que dirige César Álvarez Laó comprobó además la existencia un andarríos grande joven, reidoras y gaviotas patiamarillas asturianas. Estas últimas suelen vivir en la isla de la Deva, un enclave natural que destaca como lugar de nidificación y refugio de aves marinas. La presencia de cormoranes y archibebes claros también es habitual estos días en la ría.

La coordinadora Mavea realiza el seguimiento de aves, entre otras muchas actividades. El próximo domingo, por ejemplo, los integrantes de este colectivo visitarán algunos bosques de Castrillón.