La implantación de la ORA ha generado un amplio rechazo. Los avilesinos nos negamos masivamente a tener que pagar para aparcar en nuestras propias calles. La ORA es un atraco, pues sólo sirve para que la empresa y el Ayuntamiento saquen más dinero de nuestros castigados bolsillos. Pero por más pasta que se gasten en difundir fotos de residentes sonrientes y felices con la ORA, el boicot generalizado ha demostrado que en Avilés la mayoría de la ciudadanía ni es tonta, ni masoquista. El coche, hoy en día, no es un artículo de lujo y, además, ya pagamos la «viñeta».

En estos momentos de grave crisis económica, una comarca, como la nuestra, con 10.000 parados, no necesita nuevos impuestos, sino las nuevas inversiones que tanto nos prometen y nunca llegan. La ORA, como el IVA, es un impuesto indirecto e injusto que pagamos todos los avilesinos por igual, independientemente de nuestro nivel de ingresos o de la categoría de nuestro vehículo.

El centro de Avilés desierto y la periferia saturada evidencian que ha sido peor el remedio que la enfermedad. La ORA ha solucionado el problema del tráfico y el estacionamiento en el centro de la ciudad, sí, pero a costa de crear un problema mayor: convertir el resto de la ciudad en un carajal, con coches amontonados por todas partes y de cualquier manera.

Es una vergüenza lo que está ocurriendo. Todo vale con tal de obligarnos a pagar. El Ayuntamiento no sólo no habilita aparcamientos disuasorios gratuitos, sino que, encima, elimina los pocos existentes, como ocurrió con 120 plazas en El Quirinal. Más pronto que tarde comenzarán a abusar de la grúa (que gestiona la misma empresa que la ORA) y a multarnos masivamente; paradójicamente, no por aparcar mal en la zona de pago, sino por negarnos a hacerlo.

Menudo papelón el de la UCAYC, primero muerden la mano que les da de comer, promoviendo una medida destinada a sangrar a sus clientes, para después, asustados ante el malestar creado, las calles vacías, la crisis y el tirón de las grandes superficies, ofrecerse ellos mismos para devolvernos el dinero. Lo suyo es de traca: menos clientes y menos ganancia por cliente, negocio redondo.

Nadie pide perdón, nadie dimite. El concejal de Tráfico y el jefe de la UCAYC dicen ahora que, como la ORA es impopular, es normal que, al principio, la gente enfadada la boicotee; pero que al final todos terminaremos por aflojar la mosca. Aun así, están muy preocupados porque si no hay coches no hay negocio y, además, saben que, en última instancia, todos ellos dependen de nosotros, de las mismas personas que pretenden esquilmar. Si conscientes de nuestra fuerza los avilesinos nos plantamos, ni la ORA sería viable, ni los comerciantes tendrían clientes, ni el concejal votantes.

El boicot es toda una moción de censura a nuestros políticos y a sus aparcamientos de pago, los avilesinos hemos hablado alto y claro. Confiemos que, en esta ocasión, la alcaldesa y los concejales socialistas que tanto hablan de participación ciudadana respeten la voluntad popular. El caciquismo, el «ordeno y mando» y la participación son totalmente incompatibles. Muchos son los ayuntamientos que en un acto de solidaridad con las dificultades económicas que atraviesan sus vecinos están eliminando la ORA: Elda, Inca, Peñíscola, Sopelana, Manzanares, Las Palmas?

Los avilesinos ya no queremos apretarnos más el cinturón, el clamor popular contrario a este nuevo e injusto impuesto debe ser escuchado. Si nadie defiende nuestros intereses y nadie nos apoya sería muy lamentable tener que llegar a la conclusión de que tampoco nadie merece nuestro voto.