S. F. / E. C.

La diócesis de Oviedo mostró su disposición para que se realice un plan director para la rehabilitación de la iglesia de los Padres Franciscanos, de Avilés. Este documento permitiría diseñar un proyecto integral de recuperación del templo más antiguo del concejo, de origen románico, siguiendo los pasos del que años atrás se redactó para la Catedral de Oviedo. Juan José Tuñón, abad de Covadonga y de la Comisión de Patrimonio de la Iglesia, confirmó a LA NUEVA ESPAÑA la voluntad del Arzobispado de recuperar el edificio de la plaza de Carlos Lobo: «Es uno de los templos más singulares de Asturias y conocemos la significación que tiene para Avilés. Ya se ha desmontado el convento, que había sido un edificio hostil. Además, somos conscientes de la cercanía que tiene al Centro Niemeyer», comentó. «De momento, sin embargo, no ha habido ninguna reunión para determinar los pasos que se han de seguir para recuperar el templo», señaló el sacerdote.

Tanto el arquitecto Jorge Hevia como el profesor de la Universidad de Oviedo Vidal de la Madrid han manifestado en reiteradas ocasiones la necesidad de que se realice un plan director para la iglesia de los Padres puesto que el templo, a juicio de Hevia, «tiene la suficiente enjundia para que esto se pueda llevar a cabo». Esta opinión coincide también con la del concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, que planteó a la Iglesia que negocie con Patrimonio la elaboración de este documento.

La iglesia de los Padres Franciscanos está actualmente en obras, ya que se acaba de desmontar el viejo convento de los frailes, construido a mediados del siglo pasado en el entorno del ábside. En enero se volverán a colocar los andamios para eliminar las cicatrices que el edificio conventual dejó en la iglesia y dejar así el exterior del templo en todo su esplendor. También será entonces el momento de realizar una intervención arqueológica en el suelo ocupado hasta hace unos días por el convento. El siguiente paso será el de la rehabilitación de la capilla de Las Alas, una joya avilesina del gótico, cuyas obras están comprometidas por la Consejería de Cultura y que están a punto de continuar.

Las obras de desmontaje del convento -anexo a la iglesia- fueron dirigidas por Cosme Cuenca y Jorge Hevia, los mismos arquitectos que redactaron el plan director de la Catedral. La empresa MC Conservación y Restauración ha llevado a cabo la obra de «desparasitar el edificio histórico», según aseguró en su día Jorge Hevia.

La iglesia de San Francisco no siempre tuvo la advocación que ahora ostenta. Cuando se levantó el edificio -entre los siglos XII y XIII- estaba dedicada a San Nicolás de Bari, que ahora es el patrón de la parroquia central de Avilés. Los primeros restos del templo son románicos; los siguientes, los de la capilla de Las Alas o Los Alas -de estas maneras aparece en la memoria de recuperación-, son protogóticos y fueron restaurados por Luis Menéndez Pidal. De los siglos XIV y XV son los restos de la capilla del Rosario, de los que únicamente se mantiene la fachada gótica.

La capilla de Pedro Solís, del mismo estilo arquitectónico, es conocida también como de Nuestra Señora de la Asunción. En el siglo XVII se produjo una reforma barroca que sumó dos nuevas construcciones: la capilla de León-Falcón, de Francisco Martínez Camina (1663), y la de los marqueses de Camposagrado (de la década de los cincuenta o sesenta del mismo siglo). La capilla del Santísimo, la de la cornisa herida cuya reparación ya está aprobada, es de 1729. Lo demás es del siglo XX: en 1922, Tomás Acha Zulaica construyó la primera residencia de los frailes, coincidiendo con su regreso a Avilés. En 1927 se amplió de nuevo y de entre 1958 y 1962 data el parásito que ahora se ha extirpado.