Amaya P. GIÓN

Humaredas negras y los mecheros encendidos. Esta estampa se ha sucedido en los últimos días en las baterías de coque avilesinas haciendo saltar la alarma entre algunos avilesinos y, especialmente, entre los integrantes del Colectivo Ecologista. La compañía argumenta que estas anomalías están relacionadas con la combustión de una partida de carbón de mala calidad. Los ecologistas, por su parte, ya han dado cuenta ante el Principado «para que intervenga».

El sistema de seguridad de la coquería también detectó el pasado 28 de noviembre, sábado, una concentración excesiva de gas en una de las instalaciones. Entonces se puso en marcha el sistema de emergencia en la batería 1, operación que consistió en quemar el gas excedente y lanzarlo a la atmósfera, lo que generó una gran nube de humo visible desde diferentes lugares del concejo. Tras detectarse el problema y una vez restablecido el nivel habitual de gas en la batería se inició una investigación para determinar a qué fue debida la excesiva concentración de fluido. Arcelor-Mittal ya tiene la respuesta: «Esa depresión que detectaron las baterías también se debió a la utilización de ese materia prima de mala calidad», comunicó ayer un portavoz de la multinacional en Asturias.

En medios próximos a la multinacional siderúrgica ya aseguran que se dejará de utilizar ese carbón defectuoso en el proceso de coquización. «Vamos a empezar a meter carbón de otros lotes. El único problema que existe es la calidad de la materia prima», insistió la misma fuentes. Y es que la emisión de gases a la atmósfera no es el único inconveniente que está acarreando ese lote de carbón defectuoso del que habla la compañía. También puede producir daños en las propias instalaciones de la multinacional siderúrgica.

Los ecologistas ya han denunciado ante el Principado la sucesión de las humaredas negras procedentes de la coquería avilesina, según el portavoz del colectivo, Fructuoso Pontigo. «No se puede permitir que las baterías estén echando ese humo negro durante más de cinco días, menos aún cuando ni siquiera están todas funcionando. ¿Donde están los controles de calidad? ¿Cómo es posible que una compañía como Arcelor esté utilizando materia prima de dudosa calidad», planteó Fructuoso Pontigo.