Ignacio Ramos Aparicio, de 68 años, se despidió ayer de sus colegas del centro de salud de Luanco (Gozón) con los que compartió los últimos 42 años de su vida laboral. Ramos Aparicio es una persona muy querida en Gozón, donde trató a cientos de enfermos con dedicación. «Hay muy poca gente tan buena como él», aseguraban ayer sus allegados, y añadían: «Es un médico con buen corazón».