He asistido este pasado martes 29 (bien es cierto que tarde, por un compromiso anterior ineludible, por cierto, mi más cordial enhorabuena a Noelia Rodiles por su genial concierto) a una cita que tenía igualmente contraída con un grupo de amigos, que de vez en cuando se ve e intercambia vivencias, comentarios, comparten mesa y mantel, e incluso tientan a la diosa fortuna en alguna ocasión con su correspondiente parte alícuota de su respectivo peculio. Hablamos y comentamos sobre muchas cosas. Incluso de asuntos políticos. Sí, sí, incluso hablamos de política, señores. En esta ocasión además aprovechamos y brindamos por un año nuevo próspero y feliz para todos.

Política y religión suelen ser temas controvertidos en sí mismos y de muy diversa y contrapuesta opinión, hasta dentro de una misma formación política o grupo, o profesión de un mismo credo. Pero que curioso; en esta ocasión hubo una unánime opinión de los asistentes al respecto de un posible retorno a la vida política activa, de alguien que directa o indirectamente ocupa últimamente abundantes espacios en los medios de comunicación. Por supuesto y como ya habrán ustedes supuesto, no es otra la persona que la de Francisco Alvarez-Cascos.

Había dicho en uno de mis últimos escritos en prensa, que aprovecharía cualquier oportunidad que se me brindara, para pedir incesablemente su retorno a la vida política activa. Pues bien, ésta ha sido una más. Quiero hacer en este punto, en el ánimo de acallar alguna boca locuaz casi lenguaraz, ciertas precisiones para dejar clara mi posición de antes, de ahora y en adelante.

Me gusta la política. Me gusta la política bien concebida y entendida. Me gustan los líderes. Me gustan los líderes que generan opinión. El día que yo considere, que es de mi apetencia formar parte de un proyecto político, ese día lo diré. No será necesario que nadie, y digo nadie, me invite a participar. Seré yo quien vaya por delante; y si la persona que lidere ese proyecto considera que puedo ser útil, allí estaré siempre y cuando mi actividad profesional me lo permita. Desgraciadamente a día de hoy, no ha habido, no hay ni ha sido de mi apetencia, proyecto político alguno en el que hubieren concurrido mis (al menos susceptibles de acuerdo) deseos. Exceptuando el malogrado, y bombardeado proyecto, en su momento liderado por el voluntariamente ex-afiliado del PP Juan Morales, a quien le mando desde aquí un cordial y afectuoso abrazo.

Pero esto al fin y al cabo es una aclaración para quien corresponda. Lo más importante y por el motivo arriba comentado, es que nuevamente hoy se me brinda la oportunidad de poner de manifiesto que ya somos legión, los que nos contamos deseosos acerca del aterrizaje de Alvarez-Cascos, a su casa, a su querida y respetada Asturias. Brindo en esta fecha como siempre, por todos los avilesinos, asturianos y españoles. ¿Feliz año!