Corvera,

Myriam MANCISIDOR

La urbanización de Los Balagares retrocedió ayer al siglo I a. C. Entonces los romanos tenían la necesidad de concluir la conquista de toda la península Ibérica y para lograr sus fines debían someter a astures y cántabros. Buscaban oro y también una victoria que alzara al emperador Augusto. Y lo lograron. Los romanos influyeron en la cultura, las costumbres y el ocio: el baño público es una de las herencias de Roma en Asturias. De ahí que el Ayuntamiento de Avilés, las termas romanas de Campo Valdés (Gijón), el hotel ZEN Balagares y Amigos del Centro Cultural Oscar Niemeyer (Acción) celebraran ayer un jornada sobre la romanización en la región basada en los conocidos «spa», iniciales de la expresión latina «salutem per aquam» (salud por medio del agua). El seminario comenzó en Gijón con la presentación del libro «Ave Bárbaro», del periodista Carlos López-Tapia. La obra es una guía muy peculiar de la capital del imperio donde el autor descubre los misterios de la ciudad.

El grueso de los actos se celebró, no obstante, en Los Balagares, en Corvera. La inauguración de la jornada corrió a cargo del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Avilés, Román Antonio Álvarez. El arqueólogo Ángel Villa Valdés fue el siguiente en tomar la palabra con una ponencia bautizada «Prácticas termales en la Asturias protohistórica: las saunas castreñas». Las también arqueólogas Paloma García y Carmen Fernández-Ochoa analizaron, por su parte, las termas romanas de Campo Valdés descubiertas en 1903 y los baños públicos romanos desde una óptica social, cultural, sanitaria y de ocio. Ya por la noche se celebró una mesa redonda a la que siguió un banquete romano: comida, bebida y música.

Los banquetes tenían gran importancia en el mundo romano. Al caer la tarde, ricos y menos afortunados agasajaban según sus posibilidades a sus amigos y colegas. El menú, en esta ocasión, lo elaboró el chef del hotel corverano, Jesús Estrada, siguiendo las recetas sibaritas de la gastronomía del imperio. Lejos de las bacanales del cine de Hollywood, donde los invitados ebrios se dedicaban a los placeres de la carne entre frecuentes visitas al «vomitorium», los banquetes romanos eran ante todo un acto de hospitalidad y de refinamiento gastronómico. Los asistentes al hotel ZEN Balagares disfrutaron ayer de viandas de todo tipo: salmonetes, salsa Apicio (nombre de un célebre cocinero romano que se empeñaba en el uso de condimentos variados en sus recetas), carrilleras de ternera, cigalas y gambas con velo de hidromiel, flan de romero o helado de miel.

«Roma arrastra detrás de su nombre muchos mitos y leyendas, pero su influencia cultural dejó en nuestra vida y costumbres huellas imborrables de una civilización no siempre cruel y militarista, a veces sublime en su sensibilidad, y en esta jornada sobre la romanización en Asturias podremos comprender algo de su legado», sentenciaron los organizadores de la jornada, que acercaron el imperio romano al concejo de Corvera.