S. FERNÁNDEZ

Vanessa Martínez (Madrid, 1976) es la directora de «Macbeth», el espectáculo cuyo estreno nacional acoge esta tarde (20.15 horas) el teatro Palacio Valdés.

-Con tantos «Macbeth», ¿por qué otro más?

-En primer lugar, por el mismo texto, que es insuperable, pero también porque tengo con él una cierta conexión sentimental: lo hice como actriz. Venimos, además, de hacer dos shakespeares...

-... Una comedia y un cuento fantástico.

-Eso es: «Mucho ruido y pocas nueces» y «La tempestad»... Queríamos montar esta tragedia y, encima, ya tenía a los protagonistas. Y tener claros a los protagonistas ayuda enormente a empezar con un montaje como este que estrenamos mañana (por hoy).

-¿Y eso de que se desarrolle en una prisión?

-Era una idea que venía de muy atrás. Es un escenario ideal en el que enfrentar a diversas bandas y jerarquías. Exige inmediatez, porque de lo que se habla es de sobrevivir. Cuando Macbeth entra en la cárcel es el único que no es criminal, pero al final se transforma en el mayor de todos. La pregunta es clara: ¿Somos monstruos o nos convierten en ellos?

-Hay una Lady Macbeth malvada que, en su versión, es un hombre.

-No se crea, no es tan malvada. Se da cuenta de que su amante va a ser rey y lo que hace es empujarle a que descubra su puntito de maldad. Se lo otorga no sólo por ambición, sino por amor.

-Hablaba de una película de acción.

-La Policía lo vigila todo y el ambiente carcelario es tremendamente clandestino.

-¿Un espectáculo de la envergadura de este no es peligroso para el circuito independiente del teatro?

-Desde luego. Sin actor mediático, independientes, desde luego que es un acto peligroso.