J. C. G.

Cabo Cañaveral ha dejado, por unos días, su habitual ubicación en el Estado de Florida y se ha trasladado al polígono de Las Arobias. Allí, en la nave propiedad de la concejalía de Festejos, los ingenieros antroxeros dan los últimos retoques a los ingenios espaciales que protagonizarán el Descenso Internacional de Galiana del próximo sábado. Todos los participantes han respetado las reglas del juego y se han inspirado en las aventuras intergalácticas, «leit motiv» del Antroxu 2010.

Doce de las diecisiete peñas participantes han optado por utilizar la instalación municipal para construir sus artilugios. El hierro para elaborar las estructuras y el aislante para proteger los cacharros del agua, -gran novedad del Descenso- corren a cargo del Ayuntamiento. El resto, toneladas de cartón, papel, pintura e imaginación, lo pone las peñas. Algunos ni siquiera tienen definido el resultado final. Lo dejan al azar y a la inspiración. «No sé todavía si lo que estamos haciendo es una nave espacial en forma de pez o un pez en forma de nave espacial. Está por ver», señala uno de los integrantes de la peña «La Pecera», hermanada con la Cofradía del Santo Entierro.

El artilugio de «La Pecera» impone con sus diez metros de alto y, sin embargo, no es el más grande de los que se construyen en Las Arobias. La palma se la lleva la selva tropical, inspirada en la película «Avatar», que elaboran contrarreloj los de la peña «Ébano», antigua «Montevideo». Como «Montevideo» se llevaron el primer premio el año pasado con un remedo de un local de «drag queens». El listón está muy alto, pero intentarán superarlo. «Vamos un poco pillados de tiempo, pero como nos dé tiempo a rematarlo, tenemos previsto coronar el artilugio con un pájaro espacial que va a llamar la atención», señala una peñista del «Ébano».

El relevo generacional en el Descenso de Galiana está asegurado. Las peñas más veteranas comienzan a dejar paso a las más jóvenes. Así lo demuestra el debut de la peña «El Local», compuesta por chavales de Versalles y Piedras Blancas. Su juventud y las ganas de cachondeo les permiten ir como motos en la construcción de su «Madreña espacial».

Los esforzados peñistas, que sacan tiempo de la nada para acudir a diario a Las Arobias sin ninguna retribución más que su ilusión, recibieron ayer la visita de la alcaldesa, Pilar Varela, y de la concejala de Festejos, Ana Hevia. La visita se remató con un pincheo reparador.