Arnao, I. MONTES

Unas tres horas duraron ayer las labores de traslado de la locomotora «Eleonore» del interior del castillete de la mina de Arnao a un camión que la conduciría a Langreo, a un taller en las inmediaciones del pozo «Candín» donde será restaurada por especialistas de la empresa Sadim, del grupo Hunosa. Los trabajadores de Sadim comenzaron la tarea poco después de las ocho de la mañana. Una vez abiertas las puertas del castillete descubrieron parte de los viejos railes que en su día se extendía desde la mina hasta la fábrica de la real Compañía asturiana de Minas (RCAM) de Arnao y que todavía se conservan bajo el asfalto.

La salida de la «Eleonore», que permanecía en el castillete desde 1971, fue seguida por numerosos vecinos, así como por la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina; el concejal de Hacienda y Patrimonio, Ramón Martínez Campo, y el director del Museo del Ferrocarril de Gijón, Javier Fernández López. Una vez fuera del castillete la máquina de tren fue izada por una grúa y cargada en un camión.

Las obras de restauración, que está previsto que concluyan en primavera, tienen un presupuesto de 60.000 euros y están incluidas en el proyecto de recuperación de la mina de Arnao, que cuenta con una inversión total, hasta el 31 de diciembre de 2011, de cinco millones de euros, de los que el 70 por ciento los aporta la Unión Europea a través de los fondos «Feder» y el resto, el Ayuntamiento de Castrillón.

La «Eleonore» fue adquirida por la RCAM en el año 1880 a la empresa belga «Couillet». La locomotora se utilizó desde su adquisición para el transporte entre la mina de Arnao, las instalaciones de la RCAM y la zona portuaria de San Juan de Nieva. El trayecto de unos seis kilómetros lo realizó la locomotora hasta que fue retirada en 1959, al levantarse la instalación del ferrocarril en el túnel que daba acceso a la RCAM desde Salinas y desaparecer la vía estrecha de 800 milímetros, por la que podía transitar la máquina.

El interés histórico de la «Eleonore» es excepcional, según los expertos, pero su estado de conservación es muy malo. El Ayuntamiento de Castrillón es propietario también de la locomotora «Rojillín», que rehabilitó recientemente y que se encuentra al aire libre en Salinas.