Francisco L. JIMÉNEZ

El mes de febrero de 1565, hace ahora 445 años, una flota de 18 buques capitaneada por Pedro Menéndez de Avilés se hizo a la mar rumbo a América para conquistar La Florida en nombre del rey de España. Lo que vino después está escrito en los libros de Historia, si bien son pocas las alusiones que se hace en las crónicas a los «pequeños detalles» de semejante gesta. Como las características del «San Pelayo», el galeón al mando del Adelantado que ahora será objeto de un detallado proceso de recuperación a escala 1:30 por iniciativa municipal y con la colaboración de la Asociación Asturiana de Maquetistas Navales y el Museo Marítimo de Asturias, sito en Luanco.

La primera fase del trabajo, la investigación para conocer las características exactas de la nave, ha concluido exitosamente y ayer se presentaron sus resultados. En marzo comenzará el trabajo artesano para reproducir en miniatura el «San Pelayo». Se harán dos copias, una para Avilés y la otra para su envío a la ciudad hermana de San Agustín de la Florida. El trabajo costará 50.000 euros y durará nueve meses.

La labor documental de los miembros de la Asociación Asturiana de Maquetistas se desarrolló en el Museo Naval de Madrid, el Archivo de Simancas, el Archivo Naval del Ferrol y el Archivo de Indias de Sevilla. Fruto de la recopilación de datos hoy se sabe que el «San Pelayo» se compró a un armador gallego que lo había mandado construir en un astillero vizcaíno. El galeón respondía a los diseños de la época para naos con 18 codos de manga (10 metros), 48 codos de quilla (26,75 metros) y 61 codos y medio de eslora (34,27 metros). Los estudiosos navales calcularon incluso el arqueo del buque mediante la conversión de su capacidad medida en toneles de la época (633) a toneladas métricas (400,44). Y el resultado es el primer boceto de un barco «que puede parecer feo a primera vista, pero que, sin duda, era muy bueno en lo suyo: navegar y durar», según las explicaciones que dio ayer el coordinador del proyecto, José Luis Menéndez.

La construcción de las maquetas se hará en equipo (hasta diez personas colaborarán en la tarea) y se usarán materias primas similares a las de hace cinco siglos: quilla de haya, armadura y obra viva de roble, casco de pino de Flandes, palos de abeto y la motonería de nogal. No faltará detalle: los cañones serán fundidos e incorporarán grabado el escudo de Felipe II. Salvo que no dispararán, como los originales.