El 24 de mayo de 1890 dos hermanos, Alberto y Eladio del Valle, y dos comerciantes, Ángel Fernández y Bernardo de la Ballina, crean una sociedad bajo la razón social «Valle, Ballina y Fernández» para la fabricación, venta y exportación de sidra espumosa. Cinco años después Obdulio Fernández obtiene las participaciones de Eladio y Ángel a fin de centralizar la producción. Amplía la fábrica e inicia la publicidad para consolidar el consorcio y darlo a conocer. Sin duda el nombre de «El Gaitero» les sonó «alto, sonoro y significativo» parafraseando a Cervantes, y sin más pensaron en tal denominación para bautizar su producto.

En algún lugar se dice, sin especificar fechas, que «la compañía adoptó ese nombre inspirándose en una pintura de José Fernández-Cuevas datada en 1886». Puesto que estas líneas son puramente divulgativas no nos detendremos en los archivos de la fábrica, ni siquiera cómo se registró ni cuándo como sidra «El Gaitero». Lo único que queremos dejar sentado es que dicha denominación ya funcionaba en Miranda aplicada a otro producto desde hacía tiempo, de modo que cuando Obdulio Fernández o algún otro miembro relacionado con la fábrica fueron a darlo de alta se encontraron con que «el gaitero» ya estaba sonando? registrado por un industrial de Miranda que fabricaba y exportaba, bajo dicha marca, cal y en cantidad principalmente para Galicia

Desconocemos en qué condiciones cedió Armando García Fernández los derechos a usar el nombre o logotipo de su empresa a los fabricantes que desde entonces se harían famosos en el mundo entero: sidra, fábrica y gaitero. Toda la documentación referente a la marca está en poder de un nieto homónimo del fundador: Armando García Fernández, que la cuida con esmero y veneración y a quien agradezco desde aquí habérmela dejado consultar y reproducir.

Por tanto, con todos los respetos para la firma que hizo a la sidra y al gaitero universalmente conocidos, se puede asegurar, respaldados con documentación fidedigna, que la firma de la sidra «El Gaitero» y su dibujo nació en Miranda de Avilés. Aunque la figura del gaitero de la sidra tiene un gran parecido con el que aparece en el logotipo de la cal del empresario de la parroquia xagó, no quiere decir con ello que sea un plagio ni mucho menos.

¿Quién era este empresario dedicado a la producción y exportación de cal? Pues nada más y nada menos que un mirandino que viene a sumarse a la lista de otros empresarios de gran renombre como lo fueron José Menéndez, «el rey de la Patagonia» o Robustiano Gutiérrez, el fundador de la sidra «El Astur», sin contar los que en la actualidad están en activo.

Armando García Fernández «El Saluvio», nacido en Miranda en 1886, se casó en 1908 con Etelvina Muñiz, de Pola de Laviana, de cuyo matrimonio nacieron seis hijos: Isidro, Agustín, Armando, Alicia, José Antonio y Mª del Carmen. Aparte de toda su trayectoria como empresario veamos tres notas biográficas únicamente sobre su vida.

En primer lugar el haber sido fundador y promotor de una de las grandes empresas caleras de Asturias, con tres hornos, uno continuo y dos intermitentes, exportando cal principalmente para Galicia hasta el punto de tener abierta una oficina en Tuy (Pontevedra). El hecho de que el gaitero del logotipo lleve tras de sí tierras de viñedos hace referencia a que la cal se destinaba principalmente para calear las viñas contra las plagas. Y es esta primera nota la que importa destacar principalmente ahora aquí.

Pero es que Armando, en segundo lugar, perteneció como vocal a la Mutualidad Artime fundada por un celoso maestro en Miranda por aquellas fechas de 1914, llamado José Fernández Artime. Aparece en las fotos de la directiva, y toma parte en la confección de los folletos de la mutualidad así como en la gestión para dotar a la mutualidad de médico propio, una especie de seguro social de enfermedad para los escolares, datos que se recogen en las memorias de dicha mutualidad.

Una tercera nota es su trágica muerte, siendo una víctima más, junto con su primer hijo Isidro, de la barbarie de 1936. Lo fueron también otros distinguidos empresarios de Miranda de la familia de Robustiano Gutiérrez dedicada a la fabricación de la famosa sidra espumosa «El Astur», que exportó a Cuba más de un millón de botellas. También esta firma escoge como logotipo un asturiano vestido a la usanza, lo cual denota el gran cariño que sentían aquellas gentes de Miranda por Asturias y su historia. La guerra civil, con la muerte de sus respectivos fundadores y exportadores, acabó con la empresa de la sidra, no así con la de la cal, pues muerto Armando siguió en la empresa uno de sus hijos, Agustín, al frente del calero hasta muy avanzados los años 1980

Miranda pues, cuenta en su acervo cultural y empresarial con una actividad empresarial más, poco conocida, y con el honor no pequeño de haber sido la cuna donde nació el nombre y, de alguna manera, el logotipo maliayés de la sidra «El Gaitero», famosa en el mundo entero.