El inimitable Sergio Makaroff regresa a Asturias tras sus recientes y muy exitosos conciertos de Oviedo y Gijón. Ahora toca Avilés, y será en el pub Don Floro de la calle Galiana, a partir de las nueve de la noche. Las entradas tienen un precio de 10 euros.

Sergio Makaroff aterrizaba en 1978 en una España que iba clareando tras tiempos muy grises, pero su Argentina natal seguía revolviéndose en la misma oscuridad. También llegados a España, anticipándosele, ya se dejaban notar algunos jóvenes llamados a dejar legado musical de cierta mítica en la «España de transición». Bautizados como «Tequila», empezaban a arrasar las ondas y las tablas con temas como el «Rock del ascensor», que tiempo atrás había compuesto este recién llegado Makaroff.

Antes de aquel aterrizaje de hace sólo treinta y muy pocos años el vuelo de Sergio Makaroff había despegado un 7 de diciembre de 1951 en Buenos Aires, y el sábado certificará en Avilés sus razones para ser «Número uno», que es como titula su último y reciente disco, con el que argumenta una vida que, con apenas una década de existencia, allá por 1961, ya hablaba de pop, de moda y de chicas -algo que persiste lindamente-, y que se hacía con los primeros discos de Chubby Checker, «Rolling Stones», «Kinks» o «Beatles» para derivar en joven disc-jockey o escritor de revistas de colegio. Vendrían sus primeras letras para canción («Peter Pan») y la interpretación del musical «Hair» tras regresar de Nueva York para airearse del fenómeno hippie. Junto a sus hermanos, como quinteto bien reconocido en al mundo musical, irían teloneando a «Sui Géneris» -grupo de Charly García-, quien junto a otros grandes del rock argentino daría a conocer el citado «Rock del ascensor».

Desde 1978 aquello quedó atrás pero no olvidado. Ya en España, junto a Ariel Rot y Alejo Stivel, irían surgiendo trabajos como «Tengo una idea», rodeado de músicos seminales de «Los Burros», «Los Rápidos» o «El último de la Fila». «La buena vida» aparecería en 1986, y diez años después, «Un hombre feo», con colaboraciones de Calamaro, Fito Páez y Eduardo Makaroff («Gotan Project Electrotango»), que continuarían en «Rico y famoso» (1998) y también con Drexler para el trabajo «Makaroff» (2002). Prensa, radio, televisión -con Buenafuente en «Cosa Nostra»- ocuparon gran parte del tiempo de este polifacético argentino que escribía callado y discreto para «Los Rodríguez», Manolo Tena, «Azúcar Moreno», Ariel Rot o los resucitados «Tequila», mientras allá en Argentina, entre las bambalinas de un concierto de Calamaro al que fue como invitado, alguien le susurraba «todos dicen que eres el número uno». Sabina no se equivocaba, y le decía bajito al oído lo que otros cantaban en alto gracias a muchas de sus letras.

Sergio Makaroff le puso argumento a ese susurro y títulos desenfadados como «Pearl Harbor», «Always together», «La culpa es mía», «Ingrid con Señor Mostaza», «Como un condenado» o «Con una sonrisa» atestiguan el porqué del trabajo «Número uno» que Makaroff llevará a Avilés.