Myriam MANCISIDOR

Cannabis, alcohol, cocaína, heroína... La lista de sustancias estupefacientes a la venta en el mercado ilícito es larga y el número de drogadictos en la comarca avilesina crece. Muchos consumidores han pretendido alguna vez alejarse de las drogas y sólo el año pasado 116 personas llamaron a la puerta de la Asociación de Amigos Contra la Droga, un 46 por ciento más que hace cinco años. Todos solicitaban ayuda. La psicóloga del centro, Ana Menéndez, destacó que algunos de estos nuevos usuarios eran veinteañeros enganchados a la heroína. La «dama blanca» de los ochenta repunta de nuevo.

«No trabajamos con cifras alarmantes, pero sí se aprecia este cambio entre un grupo de jovencitos especialmente procedentes de las Cuencas», advirtió. La heroína es una droga ilegal más barata que la cocaína que alcanzó el clímax de consumo en la década de los ochenta. Se puede inyectar, inhalar o fumar y es altamente adictiva. «La droga principal en el momento de solicitar el ingreso fue la heroína seguida de la cocaína, el alcohol y el cannabis», subrayó la psicóloga. Los drogodependientes a rehabilitación estuvieron «enganchados» a distintas sustancias, de media, trece años.

Las vía de consumo más utilizada por las personas que demandaron ayuda fueron la inhalatoria, la endovenosa, la oral, la nasal y la fumada. «Muchos usuarios habían recibido tratamiento previo para su problema y ochenta personas tenían antecedentes familiares de dependencia de sustancias o psiquiátricos», sentenció Menéndez, quien destacó que setenta de los 116 usuarios que llegaron al centro de Piqueros de Abajo procedían del centro penitenciario de Villabona, excarcelados para realizar el tratamiento en el colectivo que dirige Mercedes Ureña.

El 95 por ciento de los usuarios fueron varones (un total de 110 frente a seis mujeres). La media de edad de los drogodependientes fue de 36 años, superior a la registrada años atrás. «Influye significativamente el hecho de que muchos de los usuarios derivados desde Villabona son varones de mediana edad con problemas de alcohol que ingresaron en prisión por delitos relacionados con alcoholemia», explicó Ana Menéndez. El estado civil de los drogodependientes era, mayoritariamente, el de soltero. Cuarenta y ocho tenían hijos en el momento que demandaron ayuda.

¿Y su situación laboral? Setenta y cuatro usuarios estaban al paro, trece en activo, once en situación de incapacidad laboral transitoria (habían solicitado la baja médica para cumplir el programa de deshabituación) y los dieciocho restantes cobraban algún tipo de pensión. «La situación de desempleo ha comenzado una tendencia al alza en los dos últimos años que se corresponde con la crisis económica. En cuanto a la fuente de ingresos, cincuenta y cinco personas carecían de ingresos propios y dependían de sus familias o de la caridad. La media de edad de inicio en las drogas de los usuarios en el centro fue en 2009 de 15 años. Casi todos comenzaron con un porro de cannabis y alcohol.

En cuanto a las enfermedades derivadas del consumo, 51 usuarios del centro de la Asociación de Amigos Contra la Droga padecían algún tipo de hepatitis vírica y diecinueve estaban afectadas por el VIH-sida. Treinta y seis personas estaban con seguimiento psiquiátrico. Tras varios meses a tratamiento en el colectivo, 17 de las 116 personas que reclamaron ayuda recibieron el alta terapéutica, 23 abandonaron el programa de atención, dieciocho fueron expulsadas y una persona causó baja por ingreso en prisión.