V. MONTES

Izquierda Unida se dispone a abrir el debate sobre la continuidad de Fernando Díaz Rañón como líder de la formación durante los próximos años, según confirmaron distintas fuentes de la coalición. Las espadas están en alto esperando una batalla interna que los integrantes del sector crítico consideran que no será fácil. No obstante, nadie le ha puesto aún el cascabel al gato y planteado abiertamente el relevo, aunque en los mentideros ya comienzan a surgir nombres de posibles sustitutos. De fondo, la sensación de que con Díaz Rañón «ya se ha agotado un ciclo y es necesaria una renovación», según fuentes del sector crítico. IU tiene prevista para esta tarde una reunión de su consejo político en la que, en principio, no estaba previsto debatir este asunto.

Por el momento, la que ya ha comunicado internamente su renuncia a formar parte de la lista para las próximas elecciones municipales es la concejala Purificación García, actual titular de Servicios Sociales.

Ante un movimiento para relevar a Díaz Rañón, todos los sectores deberán medir sus fuerzas. El equilibrio ha permitido al hasta ahora coordinador local de la coalición mantenerse al frente de IU en Avilés. El último escenario de confrontación interna se produjo en octubre de 2008. En aquel entonces, la coalición optó por cerrar filas y aparcar discrepancias para así tratar de cauterizar la herida abierta por la ruptura con el Partido Comunista. Ya en ese momento los críticos planteaban sustituir a Díaz Rañón, aunque finalmente se firmó un armisticio. El acuerdo, según los críticos, incluía el objetivo de que Rañón dejase vía libre a su relevo en la próxima cita.

Izquierda Unida inició entonces una estrategia de confrontación clara con el PSOE por el proceso de privatización del servicio de abastecimiento de aguas. Aquello llevó a serias tensiones entre los socios de gobierno hasta el punto que la dirección socialista local quiso romper el pacto. Fue la alcaldesa, Pilar Varela, la que impidió la decisión. Pero meses después los socios volvieron a las andadas y fue en esa ocasión IU la que se mostró dispuesta a enterrar el acuerdo. Rañón logró imponer su criterio de continuar en el gobierno local, pese a las ganas de los críticos por dar la puntilla a la alianza con el PSOE. Así las cosas, Rañón aún tiene apoyos suficientes como para dar la batalla si quiere seguir al frente del partido: «No pienso decir nada sobre si quiero seguir o no», dijo ayer escuetamente el también portavoz municipal. Los críticos, pese a ese equilibrio, confían en que el desgaste de los últimos meses haya minado buena parte de los apoyos del hasta ahora coordinador general.

Una de las claves es la posición del sindicato CCOO, que en las últimas semanas ha mostrado un creciente interés por el debate sucesorio. De hecho, de sus filas puede salir una de las alternativas para aglutinar a los críticos, según distintas fuentes consultadas.