Salinas, Inés MONTES

La alarma volvió a saltar ayer en la playa de Salinas. Un vertido de origen desconocido invadió la arena y a la bajamar la playa quedó totalmente manchada de negro. La Policía Local de Castrillón tuvo conocimiento del vertido por una denuncia vecinal a primera hora de la mañana de ayer. Asimismo, el Colectivo Ecologista de Avilés denunció el vertido poco después del mediodía. La mancha se extendía desde las dunas de El Espartal hasta las proximidades de la Peñona.

«Hemos tomado muestras que enviamos a Medio Ambiente a Oviedo para que las analicen. Se trata de un vertido que no huele, pero desconocemos la procedencia», manifestó un portavoz de la Policía Local de Castrillón.

«Era lo que le faltaba a la playa de Salinas», se quejaban ayer los vecinos de la localidad. El arenal suma calamidades, en especial la alarmante pérdida de arena de los últimos meses. «No parece que el producto vertido sea galipote, es un líquido aceitoso que puede proceder de algún barco», afirmaron los residentes. La mancha aceitosa se detecto a primeras horas de la mañana y los residuos quedaron patentes en la arena al mediodía, cuando la bajamar dejó la arena teñida de negro. «No parecen restos de petróleo o de aceite mineral de los que ilegalmente sueltan los barcos por la limpieza de los tanques, aunque el color es similar al del chapapote, pero lo desconcertante es que no huele a petróleo», manifestaban ayer los vecinos que se congregaron en las inmediaciones del paseo marítimo de Salinas cuando la noticia de los vertidos corrió por la localidad.

«El vertido, de color oscuro y que no huele, es una más de las agresiones que padece la zona, sometida a la polémica por la pérdida continua de arena y las amenazas de construir en el monumento natural de El Espartal», afirmó Fructuoso Pontigo, presidente del Colectivo Ecologista de Avilés. «Esperamos que las autoridades del Principado analicen el vertido y comprueben quiénes son los autores de este nuevo escape en la costa de la comarca para que les sancione adecuadamente», manifestaron los ecologistas.

La playa de Salinas sufrió también los problemas de la marea negra ocasionada por los vertidos del «Prestige» en 2002. El barco que se hundió en las costas gallegas y que anegó de petróleo el litoral cantábrico afectó también a la costa castrillonense. En Salinas se organizaron varias campañas de limpieza para retirar el chapapote. Un gran número de vecinos de la localidad participó entonces en la limpieza del arenal.