Francisco L. JIMÉNEZ

No hay día en que no suene la música en el domicilio de las hermanas Moritán. Si no es Sara, de 16 años, la que canta, lo hace Salomé, de 10. El caso es dar rienda suelta a su pasión y, de paso, perfeccionar la técnica para convertirse en profesionales de la música. Porque ese es el propósito de estas dos avilesinas -del barrio de Sabugo para más señas- que hasta la fecha llevan carreras paralelas: la mayor saltó a la fama hace nueve años en el concurso de televisión «Veo, veo» y repitió en 2004 en el festival «Eurojunior» para jóvenes talentos; la pequeña debutó el pasado martes formando trío con otras dos niñas en el programa de Tele 5 «Cántame una canción».

En casa de las Moritán nadie pone techo a los sueños de Sara y Salomé, pero se procuran mantener los pies en el suelo para evitar desilusiones futuras. La madre e improvisada «manager» de las talentosas cantantes avilesinas, Salomé Morán, trata de manejar las riendas de las carreras musicales de sus hijas con sensatez: «No les cierro puertas, pero las tres somos conscientes de que es difícil llegar a triunfar».

Más allá del glamour televisivo y los elogios derivados de sus primeras raciones de fama, la trastienda de la incipiente carrera artística de Sara y Salomé Moritán está llena de sacrificios. Salomé Moritán acude a clases de canto un día a la semana desde que tenía 7 años y a danza y baile tres días a la semana desde los 5. Sara Moritán lleva diez años aprendiendo a «domar» su voz (ahora está volcada en el canto lírico y el jazz) y practica piano y guitarra como complemento. Aparte, los estudios de Primaria y Bachiller, que ambas admiten llevar «regular».

Sara asegura que canta a diario «por necesidad vital» y Salomé no suelta el micrófono los fines de semana. En el salón de su casa tienen montado un set básico para su gran afición; nada del otro mundo: un micrófono, un amplificador y un PC sobre el que todavía ayer estaba el folio manuscrito con la letra de la canción de «Mecano» que Salomé interpretó el martes en la tele. Ambas dicen que les gustan las películas musicales y más aún ver en directo una función del género. Sus artistas preferidos no son muy diferentes a las de otras niñas de su edad: Malú, Beyonce o Whitney Houston en el caso de Sara; Selena Gómez y El Sueño de Morfeo, la benjamina.

La forma en que una y otra hermana afrontan el proceso creativo de las canciones sí que es diferente: la mayor machaca cada estrofa hasta que la «clava» y la pequeña prefiere hacer cada tema del tirón. Sara destaca de Salomé la «dulzura» de su voz y Salomé admira de su hermana la capacidad de interpretación sobre el escenario. «Yo todavía soy un poco vergonzosa», confiesa. A la vista del desparpajo que mostró en su primera gala televisiva quién lo diría.