El trabajo artístico realizado por seis artistas locales y que se exhibe en la llamada «Ruta del Acero», paseo en el entorno de Aceralia, es una perfecta expresión de la síntesis entre Arte e Industria. Síntesis que ya fue percibida por algunas corrientes artísticas a comienzos del pasado siglo, como el Futurismo. Esa síntesis puede llegar a conseguir convertir en belleza algo «a priori» tan alejado de ella como la actividad industrial a la que tendemos a asociar con contaminación, fealdad y suciedad.

Esa combinación, esa fusión entre la siderurgia y el arte, entre la actividad económica industrial y la creación cultural debe ser una de las expectativas de futuro de esta villa que a principios del siglo XX pretendía desarrollar su vida entre otra actividad económica -el comercio- y la cultura. Eran los tiempos en que se hablaba de Avilés como la «Atenas de Asturias».

El arte, la cultura y la industria, por tanto, ni son actividades antitéticas ni excluyentes. Es falsa esa dicotomía, esa dinámica de exclusión que desde hace años propone el PSOE local entre la actividad de Aceralia y un posible futuro de la ciudad pivotando sobre la cultura. Debate que hace años localizó la pretensión de cerrar Baterías de Cok para instalar en su entorno actividades culturales o en la práctica de apretarle urbanísticamente las cuerdas a Aceralia para desanimarla e ir limitando su actividad.

Otro futuro es posible. Las ciudades no pueden vivir sin crear actividad y empleo. Sin asentarse en actividades económicas sólidas. Y son perfectamente compatibles con la explosión cultural en una ciudad. Con la creatividad artística. Incluso como hemos visto estos años puede ser motivo de inspiración. Sólo hay que tener amplitud de miras.