Myriam MANCISIDOR

Dos días. Este fue el tiempo que una gata sin dueño conocido pasó subida en una palmera de La Magdalena, de la cual no se atrevía a bajar. Los vecinos, tras comprobar el estado en el que se encontraba el animal, decidieron llamar a los agentes de la Policía Local y al 112 Asturias alertándoles de la situación. Pero fue inútil: las nuevas tasas de salida de los Bomberos de Asturias resultaban demasiado elevadas para los vecinos dispuestos a rescatar al minino. «El trato de los bomberos con base en Avilés fue exquisito y voluntarioso pero no pudieron hacer nada sin órdenes del 112», explicaron los testigos, que tras varias horas de angustia y varias llamadas en busca de ayuda dieron con un bombero de Oviedo fuera de servicio. El hombre se personó en La Magdalena con una escalera y pudo rescatar a la gata, tan temerosa que no dejó escapar ni un «miau» de agradecimiento.

«Hay que agradecer la labor de este bombero en el rescate de una gatita que no era propiedad de nadie y que estaba en una situación límite», subrayaron los testigos, satisfechos de que la minina de La Magdalena tuviera un final feliz.