Elisa CAMPO

José María Ezquiaga, Premio Nacional de Urbanismo 2005 y premio europeo «Gubbio» 2006, es arquitecto y licenciado en Sociología y Ciencias Políticas. Planes territoriales de toda España llevan la firma de este madrileño de 53 años que desempeñó importantes responsabilidades urbanísticas en las administraciones local y regional de Madrid. Ezquiaga encabeza uno de los equipos candidatos a redactar el plan especial de la Isla de la Innovación: la UTE AFI/ Ezquiaga.

-¿En qué se basa el interés de su equipo por la redacción del plan de la Isla de la Innovación?

-Estamos interesados, en general, en los procesos de revitalización urbana y de reciclaje de ciudad. Y el caso de Avilés es especial porque nos parece una historia muy larga e interesante de reconstrucción urbana que ha pasado por momentos muy dolorosos: reconversión industrial, recuperación del casco antiguo, voluntad de reinventarse en el marco económico y de colocarse de nuevo en el mapa de las ciudades de referencia de España desde los sectores de vanguardia que configurarán esa nueva economía. Creemos que es un proyecto emocionante en el que sería un privilegio tener la oportunidad de contribuir. Para un profesional es el mayor privilegio contribuir a experiencias de vanguardia que además de suponer una mejora real en Avilés van a ser referentes para nuestra propia disciplina, la del urbanismo, que avanza a través de experiencias innovadoras, es nuestro I+D. Se trata de resolver este problema concreto y extraer de él valores e ideas que tienen, sin ninguna duda, un valor generalizable. Avilés será un referente a escala internacional como lo fue Barcelona, Bilbao o ahora Madrid en este momento.

-Comparaciones ambiciosas...

-Sí, pero lo grande no es lo definitivo. El acierto no lo da tanto el tamaño como afinar el objetivo. El enfoque del Centro Niemeyer como elemento de excelencia, con capacidad de movilización, de comunicación mediática, ha sido una magnífica estrategia para colocar Avilés en el imaginario.

-Vamos, que la Isla de la Innovación no sería lo mismo sin el Niemeyer.

-No. Aunque el proyecto no va a depender del éxito de la iniciativa del Niemeyer, no cabe ninguna duda de que Avilés será distinta después de la experiencia Niemeyer. Tiene el valor de dar en la diana, de ajustar con un perfil de excelencia, y con un profesional de referencia al margen de las modas contingentes, y además marca la voluntad de reconstrucción más global. Es un signo de su voluntad de reconstruirse. Y la comunidad internacional ya ha recogido este mensaje. La palanca es la generación de una nueva cultura, cultura como actividad económica, como industria ligada a la innovación y a la creación; está muy bien elegido.

-Su candidatura tiene dos apoyos principales: la vertiente urbanística y la socioeconómica.

-Llevamos mucho tiempo preocupados por no producir un urbanismo vacío, atento sólo a formas impactantes pero carente de contenidos. El equipo lo hemos querido configurar atendiendo en primer lugar a la innovación en los contenidos, proponer un valor añadido como equipo: sabemos formalizar una propuesta pero también podemos colaborar con las administraciones en generar un menú, unos contenidos, unas funciones, unos objetivos atractivos, innovadores. De ahí la suma de AFI y Ezquiaga.

-Se refirió antes a los proyectos de transformación urbana en que trabaja. ¿Puede concretar?

-Los que más nos interesan son los de reciclaje urbano, de reconversión de áreas -industriales, militares...- obsoletas. Estamos trabajando en la operación de prolongación de la Castellana de Madrid sobre los terrenos ferroviarios, y en el entorno del nuevo palacio de congresos internacional de Alicante sobre terrenos abandonados en parte portuarios. Con temas del ferrocarril trabajamos en Logroño? Tenemos cierta especialización en la integración urbana del ferrocarril y la reconversión de instalaciones. Otro proyecto en Madrid es la reconversión de las antiguas instalaciones militares del paseo de Extremadura con una propuesta de vivienda social.

-Resulta interesante el concepto de reciclaje urbano.

-Tenemos en frente a un urbanismo de crecimiento de expansión irresponsable «cortoplacista», cuya consecuencia es esta resaca de la burbuja inmobiliaria que nos está pasando una terrible factura. Hay que abrir oportunidades a la ciudad desde la transformación y el reciclaje. El principal reto de todas las ciudades -por eso nos gusta mucho el enfoque inteligente de Avilés- es enfatizar la idea de reinventarse, encontrar nuevas funciones, contenidos, vida, para partes obsoletas o en declive. Avilés lo ha hecho muy bien con su centro histórico. Y ahora el desafío está no sólo en reactivar los centros urbanos sino hacer lo propio con áreas obsoletas.

-¿Cómo hacer que la ciudadanía se implique con ese cambio?

-Muchos de los males del urbanismo son fruto de la desvinculación de la gente respecto a lo que se discutía en los planes urbanísticos. Creemos que un urbanismo más comprometido tiene que ir ligado a una nueva cultura ciudadana. Por eso pensamos que el Niemeyer da en la diana al impulsar nueva cultura ciudadana. Y esto tiene que ver con la recuperación de la identidad.

-Precisamente en Avilés se debate mucho sobre la identidad, quizá por la mezcla de población que supuso Ensidesa.

-Pueden estar muy orgullosos, es una ciudad surgida del trabajo de su gente que ha tenido y tiene que reinventarse varias veces. Y que se basa en el trabajo, ahora combinado con la innovación y la creación. Creemos que la Isla debe de ser una pieza clave de la reinvención de esa identidad del nuevo Avilés.

-¿Cómo se puede articular un nuevo trazado para unirlo de forma efectiva a la ciudad existente?

-Cualquier cuestión que se haga en la Isla no debe de ser concebida desde el aislamiento, sino desde la integración, el diálogo entre una y otra orilla de la ría, entre la nueva economía y la ciudad histórica. Se requiere una integración, quitar barreras que ahora mismo impiden la participación incluso visual. El tema ferroviario es clave.

-¿Qué opinión le merece la ronda ferroviaria planteada por Fomento?

-Integración urbana del ferrocarril significa verlo no sólo desde su utilidad, sino también desde las consecuencias urbanas. Sin entrar todavía en un juicio que corre el riesgo de ser apresurado, creemos que la filosofía adecuada es la siempre reiterada integración. El ferrocarril tiene que reconocer e integrar en su propio diseño las exigencias de la ciudad. La ciudad es primero, siempre primero.

-La Isla de la Innovación se basa en un masterplán de la Fundación Metrópoli.

-Dentro de nuestra opción por el reciclaje, siempre miramos con mucho interés y respeto las propuestas previas. Pensamos que ese proyecto hay que muscularlo ahora con esos temas de contenidos, integración? La prueba de que ha sido una iniciativa de éxito es que ha suscitado tanto interés en tantos profesionales y una respuesta en los medios y en la opinión pública tan relevante. Ha arrancado con muy buen pie.

-El urbanismo estuvo ligado en los últimos años a un modelo de especulación que entró en crisis.

-En estos años de boom inmobiliario, el urbanismo sólo fue un acta notarial de legalización de tendencias espontáneas del mercado vinculadas a los ámbitos de beneficio más rápido: expansión residencial y turística. Pero no siempre fue así. En los ochenta muchos ayuntamientos pusieron en el urbanismo sus deseos de cambio, de regeneración social, de reactivación. La única forma de superar la crisis del urbanismo es reactivar el vínculo con la sociedad, para que exprese las aspiraciones de la gente. Cuando funciona así, es un arma poderosísima de mejora de la ciudad. En la última década todo iba tan deprisa que el urbanismo parecía simplemente una molestia. La crisis nos enseña a volver a los fundamentos. Hay que crecer, sí, pero distinto. Y antes de actuar, pensar y consultar a la gente. El urbanismo, y la Isla de la Innovación, es un arma de reconstrucción económica.

Candidatura.

UTE

Está formada en un 50% por Afi Consultores de las Administraciones Públicas y en un 50% por Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio.

Colaboradores

El equipo cuenta con el jurista Luciano Parejo, un catedrático que ha ayudado a muchas comunidades autónomas a la elaboración de sus leyes regionales. También lleva a la ingeniería Tema, especializada en movilidad; a Ecosistema Urbano, cuya seña de identidad es la asociación a procesos participativos de los ciudadanos y arquitectura sostenible. Y el representante local es Instituto CIES, conocedor de la realidad y el tejido empresarial y económico del Principado y de la ciudad.

Delegado

Javier García, del Instituto CIES. Economista.