F. L. J.

Los diarios electrónicos a bordo, la última herramienta impuesta por Bruselas a los barcos pesqueros para tratar de controlar de modo eficaz las capturas en aguas comunitarias, traen de cabeza a los armadores asturianos, que van esquivando como pueden el momento de encender esos dispositivos.

La esperada puesta en servicio de estas máquinas el pasado 1 de enero se quedó en agua de borrajas: la Unión Europea concedió una moratoria de tres meses, obligando, eso sí, a que al menos los dispositivos quedasen instalados en los barcos.

Ya en el mes de marzo, se produjo un nuevo aplazamiento del encendido de los controvertidos aparatos, esta vez por problemas técnicos en la central de datos, ubicada en Madrid, que debe recibir diariamente las comunicaciones de los barcos dando cuenta de su posición y de las capturas realizadas.

De este modo, la nueva fecha fijada para el estreno de las máquinas es el próximo 1 de julio, pero en el colectivo asturiano de palangreros de altura se da por sentado que habrá nuevos aplazamientos, por lo menos hasta el 1 de enero de 2011. Esto es debido a que la mayoría de los barcos franceses aún no ha instalado siquiera los diarios electrónicos a bordo y los armadores españoles no están por la labor de convertirse en los conejillos de Indias del nuevo procedimiento de control pesquero.

Los diarios electrónicos a bordo funcionarán como los tacógrafos de los camiones, dando cuenta de la actividad real de cada buque. De ese modo, los inspectores tendrán más fácil detectar los fraudes en materia de capturas y las vulneraciones de la normativa pesquera comunitaria.