Avilés, Saúl FERNÁNDEZ

Israel Castro Sánchez (Avilés, 1958) opta el viernes que viene a un tercer mandato al frente de la Unión Sindical Obrera (USO) de Avilés, central a la que se afilió en 1991. Castro procede de Comisiones Obreras (CC OO). Es oficial de mantenimiento de Arcelor-Mittal, empresa en la que ingresó en el año 1976, después de su paso por la Escuela de Aprendices.

-¿Por qué se presenta de nuevo?

-La defensa de los trabajadores sigue siendo una actividad fundamental, queda mucho por hacer y yo todavía no he terminado mi labor.

-¿Cómo puntúa su trabajo de estos últimos años al frente de la unión comarcal?

-Hemos crecido en el sector de la limpieza y mantenemos un diez por ciento de representatividad en las auxiliares. Crecimos también en servicios y en la hostelería. Estamos en grandes empresas como Azsa o Hiasa y, además, en el Hospital San Agustín.

-¿Qué espera del tiempo que se avecina?

-Incrementar la afiliación y la representación en las empresas de la comarca y resolver cada vez más rápido los problemas que llegan a nuestra sede.

-Las cosas parece que están mejorando en la industria avilesina.

-Esperemos que las próximas reuniones de los directivos de Arcelor en Avilés dejen un buen poso para que la empresa mantenga y potencie el empleo. Lo importante es que continúe el ritmo actual: está todo encendido. La empresa tiene que aumentar la producción y tiene que hacer las inversiones que tiene comprometidas. Arcelor no puede dejarlo todo en parches.

-Recientemente, ante la presión de CC OO, Arcelor ordenó un cierre patronal del tren de alambrón.

-Las nuevas relaciones laborales desarman a la clase trabajadora. No es entendible que Arcelor cerrase el tren de alambrón para coartar las herramientas legítimas que tenemos para exigir mejoras en nuestros puestos de trabajo. Esta actitud es una derivada muy peligrosa, porque los trabajadores ante situaciones contundentes podemos responder de forma contundente. No obstante todo esto, CC OO debe respetar el acuerdo mayoritario dentro del comité de empresa.

-En el sector de las auxiliares también hay síntomas de recuperación.

-El proceso de internalización que está llevando a cabo a Arcelor en favor de las auxiliares no va a atar a los trabajadores.

-¿A qué se refiere?

-Si la cosa no sigue en la línea comprometida, los trabajadores mantienen sus herramientas de presión.

-¿Es normal que los trabajadores de Asturiana de Zinc (Azsa) lleven diecisiete meses negociando su convenio?

-Desde luego que no, sobre todo en una empresa con tantos ingresos como Azsa. Lo que creo que se debe pedir a los sindicatos de clase representados en el comité es un poco de sensatez para conseguir, de una vez por todas, un convenio que satisfaga a todos. La dirección, con esa cantidad de beneficios, no puede olvidarse continuamente de los trabajadores.

-¿Qué se tiene que hacer con una comarca que ya supera los diez mil parados?

-Lo que sucede aquí, en Avilés, no es nada extraordinario: sucede en todo el mundo. Lo que entendemos en USO es que el sector público tiene que ser el motor de crecimiento económico. Hay que reducir el gasto público con el fin de que ese ahorro se vuelva a reinvertir en la sociedad. Fue un error financiar el sector financiero, valga la paradoja, porque este sector no es el que ha levantado cabeza. Entendemos también que hay que invertir más en educación. No se puede abandonar el sistema educativo para engrosar en las listas del paro.

-¿Cuál es la fuerza de USO?

-Somos el tercer sindicato de la comarca. En Asturias tenemos el siete por ciento de la representación y crecemos año a año. Tenemos en Avilés unos tres mil afiliados y casi doscientos delegados.

-Pese a todo, su poder de decisión no es muy grande.

-Nuestra presencia en los comités obliga a los demás a recuperar el valor del sindicalismo real.

-USO está ausente de todos los acuerdos sociales regionales y locales.

-Nos dan de lado. Tratan de esquivar el crecimiento natural de USO y ponen todas las trabas posibles para reducir nuestra presencia y nuestra representatividad.

-¿La marginación política de USO no va en detrimento de su acción sindical?

-No lo creo. Somos un sindicato independiente y solidario. Tener un brazo político es perjudicial para el desarrollo de nuestros intereses que no son otros que defender a los trabajadores.

-Han criticado la concesión de ciertas subvenciones...

-Porque obedecen a un entreguismo sindical. USO ha logrado que se nos reconozca el derecho constitucional a impartir la formación continua.

«No es normal que los trabajadores lleven diecisiete meses negociando el convenio de Azsa»