A. P. G.

Para el montañero Fernando Manteiga, vocal de Escalada del Grupo de Montaña Ensidesa, la del Cervino es una cumbre especial. La logró coronar en julio de 2005, tras otro intento fallido dos años antes. Ascender al Cervino, en Los Alpes, era para Manteiga un sueño desde niño. «Es la montaña del Toblerone, la de Heidi... Es considerada la segunda más bonita del mundo pero, para mí, es la primera», asevera. Manteiga relatará esta tarde en el Club de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés su ascenso a esta cumbre. La cita: a las ocho de la tarde en la sala de conferencias de la Casa Municipal de Cultura.

El Cervino, una de las cumbres más conocidas por su espectacular forma de pirámide, fue la última de las montañas principales de los Alpes en ser escalada, no sólo por su dificultad técnica, sino también por el miedo que inspiró en los primeros montañeros. «La dificultad no radica únicamente en la escalada en sí, sino en la cantidad de gente que te encuentras tanto en el ascenso como en el descenso. En los últimos cien años se ha cobrado más de quinientos muertos. Todos los años caen tres o cuatro compañeros», añade el vocal del Grupo de Montaña Ensidesa.

Fernando Manteiga programa volver a ascender por la montaña del cuento de Heidi este año, aunque en esta ocasión por la vertiente italiana.