Tres parejas avilesinas han brillado con luz propia en el Campeonato de Asturias de mus celebrado la semana pasada en Villalegre: primer, segundo y tercer puestos han copado estos ases del naipe. No es nuevo que Avilés destaque en el juego más popular de envite, e incluso se podría, si me permiten la metáfora, hacer un símil entre las cosas del concejo y las del tapete. En una imaginaria partida Avilés llevaría mala jugada de grande (basta ver el retraso o parálisis de las obras cruciales), pares pobres (lo único que aquí se duplica son los proyectos culturales, véanse los casos Intercéltico-Beltaine o Escuela de Artes y Oficios-Aulas Populares) y ni siquiera juego (¿cuánto hace que la ciudad no se dejar ver por las grandes ligas de la política?). Podría envidar a chica, sí, pero ya se sabe que «jugador de chica, perdedor de mus». Vamos, que la jugada avilesina se parece más que nada al «perete»: cuatro, cinco, seis y siete. Y con semejantes cartas sólo se puede hacer una cosa: darse mus.