Los profesionales con negocios en El Carbayedo son conscientes del «tirón» del barrio. Creen además que el barrio puede crecer aún más una vez que se abra al público el Centro Niemeyer. «Cuando eche a andar nos vendrá bien a todos, a los hosteleros de El Carbayedo pero también a los de Sabugo o Rivero», asegura Miguel Villabrille. Otros hosteleros como Ezequiel Dávalos, gerente del Popul'art, ya han hecho de sus locales centros culturales. Y el público responde.

Pero, ¿qué es El Carbayedo para los clientes? Carlos Javier Casal es una cara conocida en el barrio. «En Avilés es verdad que hay un circuito: lo normal es tomar la primera copa en El Carbayedo donde el ambiente es más de "puretas" comparado con Sabugo, donde hay más chavalinos», explica este joven, que también cree que la ciudad se ampliará su oferta lúdica una vez que se abra el Centro Niemeyer. Pero todo tiene un pero, a su juicio. «La pena será que los pisos costarán el doble de lo que cuestan ahora», dice. Los locales de El Carbayedo invitan a la conversación.

Patricia Castro es «fan» de El Carbayedo y también de Galiana. «Dejé de salir por Sabugo hace tiempo», confiesa mientras pide un vino, de la marca «de siempre». «En realidad el ambiente en Avilés no invita a salir hasta las tantas pero El Carbayedo ha cambiado, es diferente», asegura. Diferente, alternativo, especial... El barrio se lleva por parte de los clientes los adjetivos que explican que la movida es distinta a la habitual. «Aquí hay algo más que copas y música», recalcan. Y precisan: «Lo que está claro es que para bailar hasta las tantas hay que bajar todavía a Sabugo, allí hay otro tipo de bares».

Los clientes de El Carbayedo son mayoritariamente los mismos que los de Galiana, una calle que vivió sus años dorados en la década de los ochenta del pasado siglo y que ahora parece que quiere resurgir. Verónica Ordóñez es una asidua de esta vía peatonal y tiene sus razones. «En Galiana se está genial sobre todo cuando llueve gracias a los soportales», explica sentada en un bordillo de piedras mientras degusta una consumición a eso de las nueve de la noche.

Y coincide con el resto de parroquianos en que El Carbayedo y Galiana son espacios para disfrutar de la primera copa. Esta joven es consciente también del cambio que se avecina en Avilés con la próxima apertura del centro cultural en la margen derecha de la ría. «Mejorará sin duda la imagen de la ciudad y se ampliará la oferta lúdica a más zonas», asegura. Rodrigo Álvarez apunta en la misma línea: «Aumentará el turismo en Avilés».

Los hosteleros trabajan así con mayor entusiasmo potenciando espacios de Avilés que pasaron de concentrar las noches de fiesta al olvido. La recompensa, por ahora, en el caso de El Carbayedo, es el regreso de clientes como Juan Ignacio Artime, un joven que hasta ahora apenas salía de «movida» porque no le convencía la oferta de ocio de Avilés. «Ahora vengo hasta El Carbayedo a tomar una, la primera, y está bien», concluye. Su colega le da la razón.

Y los hosteleros del barrio los reciben con los brazos abiertos. Igual que antaño los chigreros atendían aquellos ganaderos que tantas veces regaron con pingaratas tratos en las mismas barras que hoy en día se apoyan avilesinos, turistas y personajes envueltos en «glamour» como Brad Pitt o Barbara Hendricks. Y todo, alrededor de un hórreo «urbanita».