Saúl FERNÁNDEZ

Los ex empleados de la empresa Transportes San Agapito volverán a trabajar de forma inmediata, tras los correspondientes reconocimientos médicos. Los diecisiete camioneros afectados cerraron ayer los accesos a Baterías de Coque reclamando que se cumpliera el acuerdo que se había alcanzado en marzo: la recolocación de todos los conductores en distintas compañías del sector de transportes vinculadas, de una u otra manera, a Arcelor.

Lo que parecía un capítulo cerrado, se abrió a fines de la semana pasada: a fecha de ayer únicamente cuatro ex empleados habían sido subrogados a otras empresas (porque pertenecían a los Acuerdos de Oviedo). Lo que sucedía era que el sindicato CC OO y la empresa Arcelor habían acordado la subrogación de todos, incluidos los diecisiete restantes. Habían anunciado entonces que a comienzos de mayo ya estarían trabajando, pero eso, en la mañana de ayer todavía no había sucedido. Por eso, los afectados y miembros del sindicato se plantaron en una de las rotondas de acceso a Baterías para reclamar que se llevara a término el compromiso. Los representantes de Arcelor estuvieron en comunicación constante con los representantes sindicales, pero no fue hasta pasadas las siete de la tarde que se consiguió el acuerdo, con lo que los piquetes informativos se levantaron y volvió la normalidad a Baterías, que por entonces tenía pendiente el traslado de una partida importante de carbón destilado.

Los ex empleados de San Agapito -todos fijos, en su momento- serán contratados por obra y servicio en distintas empresas del sector de transporte manteniendo su antigüedad, que era el principal caballo de batalla.

La crisis de San Agapito es doble: la empresa, que se dedicaba al traslado del coque a los puertos y al alto horno de Veriña, quebró y esta quiebra coincidió con la crisis de Arcelor. Durante algo más de un año el conflicto ha estado abierto.