La decisión de Zapatero de impedir que los ayuntamientos accedan a más créditos parece que ha causado chasco al Ayuntamiento avilesino. El gobierno y el PP se han apresurado a decir que habrá obras previstas que, probablemente, queden en la cuerda floja. Atribuyen esta situación al hecho de haber destinado parte del millonario canon del agua a amortizar deuda. La decisión que aplaudió entonces el PP no debería convertirse ahora en una excusa. Es comprensible que en un entorno restrictivo el Ayuntamiento deba priorizar su gasto, pero hay algunas actuaciones que son muy necesarias en la ciudad. Una de ellas es la mejora de los accesos a la villa, que ofrecen una lamentable imagen de una ciudad que encierra un hermoso corazón en forma de uno de los más bellos y singulares cascos históricos. Si Avilés quiere ganar el futuro, apoyándose en el Niemeyer y en sus propias singularidades, bien haría en dedicar un esfuerzo a mejorar la entrada: la primera imagen que ofrece a todo el que llega.