S. F.

«No podía ser de otro modo. La música me ha dado tanto que cuando me piden un poco de solidaridad no puedo decir que no». Así, con estas palabras, justificó ayer el tenor asturiano Joaquín Pixán el recital que ofrecerá mañana, sábado (auditorio de la Casa de Cultura, a partir de las 20.15 horas) en beneficio de Cáritas arciprestal. «Son momentos difíciles para todos, pero sobre todo lo son para quienes tienen que acudir a los centros que tiene Cáritas a su cargo», apuntó el músico de Cangas del Narcea.

El concierto de Joaquín Pixán está organizado por la Sociedad de Amigos del País de Avilés y Comarca y por el Ayuntamiento de Avilés. Todo cuanto se recaude (la entrada cuesta 15 euros) se destinará a la ONG católica. En la presentación del acto, Javier Bueno, el responsable de comunicación de Cáritas, había explicado que no era la institución la necesitada de dinero: «Los que necesitan ayuda son los que acuden a la organización», apuntó.

Joaquín Pixán es un cantante con una larga y exitosa relación con Avilés. Cuenta, por ejemplo, con una «Sardina de oro», el premio más longevo de cuantos se conceden en el Principado de Asturias. Además, cada vez que se sube a un escenario en el concejo, obtiene una aclamación. La última fue con ocasión de las pasadas fiestas de San Agustín. «La respuesta de los avilesinos ha sido siempre muy buena, esperemos que se repita; este concierto lo merece», apuntó.

El repertorio que presentará Pixán son coplas y pasodobles tradicionales. Su último disco, «Y la pena se olvida», acaba de salir al mercado y será el motivo principal del espectáculo que sonará en el escenario del auditorio de Avilés. Pixán, conocido sobremanera como interprete de canción asturiana, aseguró que la canción española le es tan natural que fue lo primero que escuchó en su infancia, en la aldea de Pixán, en el concejo de Cangas del Narcea. «En Radio Andorra sólo se escuchaban coplas y, en la infancia, eso te impacta», explicó.

El tenor, actualmente, reside en Madrid y se mueve por todo el país. Tiene entre manos varios encargos que vienen de la Junta de Andalucía; uno de los más queridos es el de resucitar las letras que escribió María Lejárraga, esposa de Gregorio Martínez Sierra, testaferro de su literatura, para composiciones de Falla, Turina y Del Campo.