Piedras Blancas,

Félix VALLINA

Al menos la cuarta parte de los asturianos viven sólos. Esta es una de las conclusiones que pudieron sacar ayer los asistentes al curso universitario que coordina en Piedras Blancas María del Mar Llorente, profesora del departamento de Economía Cuantitativa de la Universidad de Oviedo. Bajo el epígrafe «El hogar. Estructura, dinámica y formas de convivencia», Llorente hizo un repaso teórico a los datos que arroja el último censo de población y viviendas -que data de 2001- desde el punto de vista demográfico. No obstante, de esos datos teóricos pueden extraerse algunas conclusiones. «El censo recoge un 23% de hogares unifamiliares en Asturias, pero puede decirse que ese número se ha incrementado porque la mitad eran personas mayores de 65 años y ahora la esperanza de vida es más larga y cada vez hay más población envejecida que vive sola», señaló .

Otra de las tendencias que se refleja en los datos que maneja María del Mar Llorente es la disminución del número de integrantes de los hogares asturianos. «En 2008 había casi 36.000 hogares más que en el 2001, es decir, se pasó de los 389.400 a los 425.000. Pero también se redujo el número de personas por hogar ya que en el 73% de ellos había menos de tres personas».

Concretamente, la media de personas por hogar se situaba en 2,7 en el año 2001, una cifra muy inferior a las que se registraban en Asturias en los años noventa del pasado siglo, cuando las familias eran más numerosas. «Este fenómeno está motivado por tres causas principales: el descenso de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y la incorporación de la mujer al mundo laboral», aseguró la profesora, que añadió: «Lo más normal es que los hogares se vayan reduciendo aún más».

El objetivo del curso que impartió ayer Maria del Mar Llorente en Piedras Blancas pasa por enseñar a los universitarios a interpretar los datos para su aplicación en distintos campos. «Por poner un sólo ejemplo, los hogares tienen muchísima influencia en el mercado de vivienda, hay que darse cuenta de que las personas que los componen son los demandantes principales. Las estadísticas también son importantes para conocer el espacio que necesitan las familias», explicó la profesora de la Universidad de Oviedo.

Para Llorente, hogar no es sinónimo de vivienda. «Entre 1991 y 2001 hubo una reducción de población en Asturias, pero los hogares crecieron un 10%. A pesar de la crisis, la tendencia actual es hacia un aumento del número de hogares ya que los integrantes de los mismos no tienen por qué tener una vivienda en propiedad». Durante su intervención, Llorente destacó que las mujeres mayores de 65 años siguen siendo el sector de la población más significativo dentro de las personas que viven solas.