F. L. JIMÉNEZ

Asturiana de Zinc (AZSA) dispone de hasta treinta meses para realizar diversas modificaciones en los procedimientos de descarga y trasiego de la blenda que importa por el puerto de Avilés. Ese es el plazo que ha dado el Principado a la compañía para que se adecúe a la normativa antipolución vigente de cara a conseguir ampliar su «licencia verde» (la Autorización Ambiental Integrada) de modo que también incluya las operaciones portuarias.

Según la disposición dictada por la Consejería de Medio Ambiente en respuesta a la solicitud de Azsa para modificar su «licencia verde», la empresa tiene un mes de plazo para articular procedimientos que eviten la descarga de blenda en circunstancias meteorológicas adversas (viento) y para reducir la altura de caída del mineral al muelle cuando es extraído de los barcos, treinta meses para almacenar todo ese material en espacios cerrados y dos meses para cerrar en su totalidad las cintas transportadoras que llevan el mineral desde el puerto a la fábrica. En el tiempo que transcurra hasta el cierre total de los almacenes de blenda del puerto, Azsa debe tomar medidas para evitar la dispersión de polvo: cubrición con lonas, riego, etcétera. Asimismo, las pistas de trasiego deberán estar limpias y disponer de sistemas de riego. Todo con tal de reducir la negativa incidencia del polvo en las inmediaciones del Puerto.