Saúl FERNÁNDEZ/

Myriam MANCISIDOR

Se produjo un gran estruendo y vibró el suelo. Todos los ojos se posaron entonces en Baterías de Coque de Arcelor-Mittal. Uno de los tres exhaustores de la coquería -una especie de aspirador-impulsor que facilita que el gas depurado llegue a los gasómetros- había estallado por razones que todavía se investigan al cierre de esta edición. Como consecuencia del estallido, dos trabajadores resultaron heridos: uno, con pronóstico reservado, según algunas fuentes, sufrió quemaduras de segundo grado en manos, espalda y cara; el otro, en estado leve, tuvo que ser atendido en el Hospitalillo de Ensidesa para curarle las heridas causadas por la proyección de cristales de la sala de turbinas. Los dos, en todo caso, pudieron dormir en sus casas, según fuentes de la empresa. El estallido detuvo la producción de carbón destilado (coque) durante 11 horas. Estaba previsto que al inicio del turno de esta mañana todo hubiera vuelto a su seno.

A las siete de la tarde se escuchó un estruendo espectacular y el miedo se adueñó de trabajadores, vecinos del entorno y empresarios del polígono de la ría (donde se encuentra situada la coquería). El alcance de la avería forzó el encendido de todos los mecheros de seguridad de las Baterías, unas instalaciones que producen el combustible del que se alimentan, entre otros, los dos altos hornos asturianos. En Baterías de Coque trabajan alrededor de 420 personas entre empleados de la multinacional y empresas auxiliares.

Los exhaustores se encuentran en una sala de hormigón armado que amplificó el estallido e hizo temerse lo peor. Las Baterías de Coque cuentan con dos exhaustores similares más. Según fuentes sindicales, los dos trabajadores heridos habían detectado el mal funcionamiento del primer exhaustor antes de que se produjera la explosión. Se disponían a apagar el ingenio, pero no pudieron. Inmediatamente, los bomberos de Arcelor y los servicios médicos de la fábrica atendieron a los dos heridos. Desde el puente de Llarantes se podía ver a los bomberos apagando las llamaradas que salían de la sala de turbinas.

La multinacional activó, tras el suceso, el plan de emergencia interior de Baterías; en ningún momento hubo que poner en marcha el plan de emergencias exterior o el de la cabecera; es decir, y según fuentes de la empresa, en ningún momento hubo peligro para los vecinos. Los Bomberos de Asturias acudieron hasta las instalaciones y colaboraron en la refrigeración de la zona afectada sin llegar a entrar en la sala de hormigón. Los servicios médicos del SAMU, que también acudieron a la fábrica, no tuvieron necesidad de intervenir puesto que la empresa aseguró tenerlo todo controlado Hasta Baterías acudieron también agentes de la Policía Local y la Guardia Civil más técnicos de Medio Ambiente y de Protección Civil.

Hace unos años se produjo en Baterías de Coque una explosión de características semejantes a la de ayer por la tarde.