Profesora de Derecho Internacional Privado

La Granda (Gozón),

Teresa CEMBRANOS

Patricia Orejudo Prieto de los Mozos, profesora titular de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Oviedo. Participó en el curso sobre Europa que concluyó ayer en la residencia de La Granda y ofreció la charla «Avances en el espacio de libertad, seguridad y justicia». Antes, atendió a LA NUEVA ESPAÑA.

-¿Qué avances ha habido en esa materia en los últimos años?

-De los años 90 para acá bastantes. La conformación de este espacio de seguridad viene de atrás. Ya en los 70 empezaron las primeras reuniones de los ministros de Justicia e Interior para coordinar determinadas políticas en el ámbito de sus competencias, fundamentalmente para la lucha del terrorismo y el crimen organizado. Desde ahí, ha evolucionando a través de los distintos tratados hasta llegar al de Lisboa, que contiene un título específico para esta materia.

-¿Cómo han influido los ataques del 11-S y 11-M en la percepción de la seguridad?

-La seguridad es actualmente una auténtica obsesión de los estados, de los gobiernos y de las personas. No es raro escuchar en los discursos de los políticos que se hable de seguridad y confianza, que es como el segundo eje. Es evidente que los ataques llegaron al corazón de la sociedad occidental y han hecho que se reforzara seguridad.

-Y eso ¿cómo lo están percibiendo los ciudadanos? ¿Son conscientes de que esa mayor seguridad está mermando algunos derechos fundamentales?

-No son conscientes. Por ejemplo, todos pasamos por los controles de los aeropuertos que, a mi entender, son absurdos e inexplicables, pero como entendemos que es por nuestra seguridad no nos importa que se mermen derechos y garantías. No hay nada como proyectar miedo y pedir más seguridad para perder garantías y libertades.

-¿Quién está perdiendo más garantías?

-Uno de los logros del espacio de seguridad es que los ciudadanos puedan circular libremente dentro de la UE. Ahora, viajar a Amsterdam es igual que viajar a Barcelona. Para una determinada población de clase media, acomodada, la libertad es mayor que para otros sectores. Dejar libertad para el movimiento interior comporta reforzar las fronteras y hacer políticas de inmigración más restrictivas.

-¿Por qué no todos los países están en el espacio Schegen?

-Porque no quieren tener competencias de las instituciones comunitarias. A medida que se van creando esas políticas comunes, hay competencias que los estados pierden. El Reino Unido o Irlanda no quieren, por ejemplo, perder las competencias de asilo o de visados.

-¿Suponen las redes sociales nuevas amenazas? ¿Cómo se pueden regular?

-En materia de ciberespacio, hay un programa, que es el de Estocolmo, que marca las políticas para los próximos cuatro años y una de las cuestiones a la que hace referencia es la protección de datos personales, ya que entra dentro de la dimensión de la libertad y seguridad de los ciudadanos. Las nuevas tecnologías han dado lugar a nuevos escenarios y el programa de Estocolmo está preocupado por la necesidad de garantizar esa protección.

-¿Son ahora los ciudadanos más libres?

-Creo que hay algunas libertades que antes no teníamos, como por ejemplo la eliminación de las fronteras dentro de la UE, pero a costa de la merma de determinadas garantías. Viajamos, pero tenemos que someternos a ciertas humillaciones, como tener que pasar descalzo por el arco de seguridad de los aeropuertos o no poder llevar determinados productos en la maleta. Tenemos un escenario distinto.

-Ahí influye el miedo...

-El miedo es muy poderoso; cuanto más miedo se cree, más se aceptarn determinadas medidas.

-¿Qué nos espera en el futuro? ¿Cuáles van a ser las líneas a seguir?

-Profundizar y ahondar en esta materia. Creo que la UE está decidida a crear este espacio de libertad, seguridad y justicia, consolidando los elementos anteriores y profundizando y avanzando aún más. No creo que haya un parón, aunque sí es posible que el avance sea fragmentado. Ya se ha visto que Reino Unido está fuera de Schengen, que Polonia no ha aceptado la carta europea de derechos humanos y que la nueva regulación de ley europea del Divorcio sólo la han adoptado 14 estados miembros. Como dicen, Europa irá a dos velocidades: estarán los estados que avancen más deprisa y los que sean más lentos.

-¿Está funcionando la coordinación entre las fuerzas de seguridad y judiciales de los diferentes países?

-Sí. La cooperación es fundamental, es uno de los ejes esenciales. En los años 90, España tuvo un contencioso importante con Bélgica porque algunos miembros de ETA pedían asilo y Bélgica lo aceptaba. En la actualidad, eso es impensable.