Félix VALLINA

Miles de niños avilesinos afrontaron ayer su primer día de colegio ajenos a la odisea que supone para algunos de sus padres el hacer frente a los gastos que acarrea el inicio del curso. Para los alumnos de segundo ciclo de infantil y de Primaria, que como es lógico poco entienden de crisis, fue un día repleto de sensaciones: nervios en los primerizos, reencuentros entre «veteranos», mochilas a la última y algún que otro puchero de niños -y de algún que otro padre- a la hora de despedirse a las puertas del cole. Nada más allá que lógica emoción del primer día de curso, que este año llega «revoltoso» y se presenta como uno de los mayores enemigos de la estabilidad económica de muchas familias de la comarca. Como ejemplo sirve el testimonio de una madre que prefirió mantenerse en el anonimato mientras esperaba la salida de sus pequeños en el patio del colegio Sabugo: «Mi marido acaba de quedarse en el paro, yo no trabajo desde hace años y tengo dos hijos pequeños en edad escolar, uno de ellos comienza hoy», explicó con una sonrisa de resignación.

Quien sí se mostró dispuesta a sacar la calculadora fue Mercedes Fernández, que también tiene dos hijos. «En libros me he gastado 310 euros, en material más de 70, en ropa unos 400 y para actividades extraescolares me esperan más de 100 todos los meses», explicó. Se quedó por debajo de la media, ya que los últimos datos ofrecidos por la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes(FUCI) reflejan que el gasto medio por alumno de cara a la vuelta al cole es de 770 euros en Asturias. Fernández, que criticçó «los recortes en ayudas para libros y material escolar del Principado», reconoció que el inicio del curso supone hoy en día un esfuerzo muy importante para las familias. «Se nota mucho en nuestra economía, hay que mirar bien en qué te gastas el dinero y por ejemplo en el caso de la ropa dejarse de "marquitas"», recomendó.

Los padres se quejan de los recortes en las ayudas del Gobierno regional -que rebajó el límite de la renta máxima que han de cobrar las familias para poder optar a las subvenciones- y los profesores protestan por la bajada de las ayudas al gasto corriente de los colegios y a los proyectos educativos, algo que para ellos se va a dejar notar en la vida ordinaria de los centros. Muchos, como Álvaro Artime, con un niño en el colegio Sabugo, ya han bautizado este año escolar como «el curso de la crisis».

Mientras tanto, Erika Gutiérrez, de tercer curso de Primaria, vivía la vuelta al cole totalmente al margen de las preocupaciones de los adultos. Estaba con las hermanas Lucía y Silvia García, con Sara del Vigo, con Inés Gómez y con Jessica Bonifacio y no quería perder ni un minuto para disfrutar de nuevo de sus amigas. «Hoy nos lo hemos pasado muy bien, me ha gustado mucho el profesor que nos ha tocado y encima he podido jugar con mis compañeras durante todo el rato», aseguró. A Rubén Rodríguez, ataviado con una gorra de Hello Kitty, le costó un poco arrancarse en su primer día de clase, pero está contento «porque ahora ya voy al cole de los mayores», señaló el pequeño de cuatro años en El Quirinal.