San Juan de la Arena,

Ignacio PULIDO

Los fondos del litoral de la comarca avilesina no tienen nada que envidiar a los de los mares de otras latitudes. Al menos eso constata el biólogo arenesco Luis Ángel Díaz Álvarez, el cual prevé publicar a finales de este mes un estudio sobre los invertebrados marinos del entorno de la isla de La Deva. El libro dará inicio a una colección de volúmenes con la que la asociación cultural Garabuxada pretende dar a conocer los tesoros naturales que envuelven a San Juan de la Arena.

«Rocas llenas de vida». Así describe Luis Ángel Díaz -de 22 años y secretario del Grupo ENSIDESA de Actividades Subacuáticas- a los fondos que circundan la isla de La Deva. Desde 2007, este joven biólogo ha efectuado alrededor de ochenta inmersiones en el litoral asturiano. Este trabajo de campo le ha permitido, entre otras cosas, descubrir los impresionantes seres que pueblan los alrededores del mayor islote de la costa del Principado.

Ahora, su intención es transmitir al resto de ciudadanos sus conocimientos. «Los invertebrados son desconocidos por la mayoría de la gente. Mi intención no es crear una guía puesto que ya existen algunas muy buenas, como es el caso de la de mi colega Ricardo Roberto Fernández. Pretendo mostrar las fotos de estos seres y acompañarlas con un texto que sea accesible a todos los públicos», explica el autor. En concreto, su libro recogerá una treintena de fotografías en las que los lectores se podrán encontrar a animales tan peculiares como la babosa azul común, la anémona joya, espirógrafos o al pulpo, considerado el rey de los invertebrados en las aguas del Cantábrico.

¿Y por qué La Deva?. Por una sencilla razón: sus fondos son de una gran riqueza natural. «Todo son rocas repletas de algas y de animales. Apenas hay arena, tan sólo en la zona próxima al playón de Bayas, de ahí que sea una zona propicia para la pesca», explica el biólogo y prosigue señalando que «allí se pueden encontrar verdaderas maravillas como paredes verticales repletas de anémonas de varios colores». Esta es una estampa tan sólo accesible al ojo de los buzos y que gracias a la publicación de Garabuxada podrá llegar a todas las casas. «Además del interés divulgativo, me motiva concienciar a la gente de la importancia de respetar el medio marino», matiza Díaz Álvarez a quien le gustaría proseguir su labor en el bajo Nalón estudiando otros lugares como el humedal de «El Charco».