En tiempos de crisis y dificultades no es raro escuchar todo tipo de frases y dichos que hacen alusión a la unidad y colaboración entre las personas para reforzar con ello la capacidad de hacerles frente. Efectivamente, el instinto vital nos mueve a cooperar para no perecer. Existen diferentes formas de cooperación y colaboración, que a lo largo de la historia de la humanidad han propiciado su evolución y progreso. Las ventajas de dichas actitudes son obvias, ya que, la competición individual por los recursos desencadena una serie de consecuencias, la mayoría de ellas negativas, entre las que se encuentran el desgaste y el agotamiento. Por el contrario, la cooperación, la colaboración y la solidaridad, son los ejes sobre los que se asientan la mayoría de las sociedades modernas.

Todo esto llevado al tema que nos ocupa, la Mancomunidad del Cabo Peñes, se traduce en lo siguiente: los ayuntamientos por sí solos, a la hora de ofertar servicios a sus ciudadanos, tienen una capacidad mucho más limitada que, si por el contrario, lo hacen en la colaboración con otros ayuntamientos, es decir, que si mancomunan sus servicios. La explicación es clara: «la unidad hace la fuerza».

Es decir, la mancomunidad de servicios permite optimizar recursos, en tanto en cuanto, su gestión es más eficaz y eficiente. Además, la mancomunidad potencia la entidad de los ayuntamientos que la configuran, permitiéndoles de este modo poder acceder a ayudas y recursos que de otro modo no tendrían la categoría suficiente para obtenerlos.

En concreto, en la Mancomunidad del Cabo Peñes, si atendemos a la memoria presentada en el último ejercicio, los servicios prestados por dicha entidad gozan de una gran acogida por los ciudadanos-usuarios de los mismos, además de una eficiencia significativa, ya que si atendemos a los mismos servicios prestados por otros ayuntamientos muestran un ahorro considerable de dinero.

Por lo tanto ¿dónde está el problema? El problema reside en lo siguiente: el PP de Gozón siempre se manifestó contrario a esta mancomunidad. Sus argumentos eran los siguientes: es muy costosa, hay duplicidad de servicios y sólo beneficia a Carreño.

Vayamos por partes: cómo puede alegar el PP de Gozón al coste de los servicios, cuando él mismo optó por la privatización de unos servicios costosísimos (más de dos millones de euros al año), por no hablar de la política de «vino y rosas».

En cuanto a la duplicidad de servicios, me gustaría que explicasen a los ciudadanos la razón que justifica que el PGOU no fuese encargado a la oficina técnica de la mancomunidad (muchísimo más barato), y sí a favor de una empresa privada (mucho más caro). ¿Quién duplica a quién?

Y respecto al mejor uso de los servicios de la mancomunidad por Carreño, desgraciadamente para Gozón creo que es un hecho, pero que pone de manifiesto la cortedad de miras del PP gozoniego. Y por si no fuera poco con todo esto, los populares nos colocan a un vocal delegado (señor Cuétara) que hasta la fecha de hoy se viene mostrando totalmente inoperante, a excepción de la única medida que tomó con firme decisión, y que no fue otra que la de ponerse un sueldo (el anterior vocal no lo tenía).

La conclusión es que el PP quiere dejar «manca» a la Mancomunidad del Cabo Peñes. El problema es que no saben cómo hacerlo. Si sirve de algo, creo que no, detrás de esta entidad hay un montón de trabajadores con sus familias que tienen que comer todos los días.