E. CAMPO

Comienza a llover, y la familia de José Luis Viña se prepara con fregonas, cubos y bombas para comenzar a achicar el agua que se filtra por la cocina. El domicilio se encuentra en estado de mudanza permanente desde que las lluvias torrenciales de junio inundaron por primera vez el edificio del barrio del No-Do. Y desde entonces las filtraciones no han dejado de llegar cada vez que la lluvia se pone un poco seria. Lo que esta familia sostiene es que durante las obras que realizó Aguas de Avilés para subsanar deficiencias -posteriormente a las lluvias de junio- se produjo alguna avería que ahora deja a este domicilio a merced del agua. «Yo creo que pisaron con las máquinas el sumidero que va de los bloques al colector general y lo estropearon, y mientras no llueve no pasa nada, pero en cuanto llueve ya estamos achicando en casa», señaló Viña. La familia protesta porque hasta ahora no han conseguido que Aguas de Avilés se responsabilice de esta situación.

Las inundaciones les han dejado con toda la casa arrasada: ya tiraron el mobiliario del salón y el de la habitación de los niños. Según José Luis Viña, a los muebles de la habitación matrimonial les espera también el mismo camino, pero de momento no pueden retirarlos porque los necesitan en tanto no llegan las ayudas para equipar el domicilio en condiciones. Los electrodomésticos se estropearon, así como muchos artículos domésticos, además de ropa. «El seguro de Aguas de Avilés pretende darnos 6.500 euros. Si ellos son capaces de hacerlo, que vengan y nos amueblen la casa por ese precio para dejárnosla como la teníamos», yo estaría encantado. Él sostiene que con este dinero es imposible volver a poner el domicilio en condiciones. José Luis Viña lleva viviendo en esta casa del No-Do desde hace ya 22 años.

Aunque el lugar de filtraciones es la cocina de la casa, él y su familia se ven incapaces de impedir que el agua se extienda al resto del domicilio: de ahí que todas las habitaciones estén afectadas por las inundaciones. Además de cubos y fregonas, cuentan para este objetivo con bombas que les llevó la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas». «Aguas de Avilés se desentiende de todo, nosotros los llamamos pero no nos prestaron ni ayuda ni nada: hace quince días que les dimos el primer aviso de que nos entraba el agua en casa y dos semanas después estamos igual que cuando las inundaciones de junio», protestó José Luis Viña.

Esta familia avilesina confía que mañana, lunes, acuda un perito a hacer una evaluación de los daños causados por el agua, y les lleguen unas ayudas imprescindibles para poner otra vez la casa en orden, además de que se reparen las deficiencias que originan la filtración. «El problema lo tenemos nosotros en casa», protesta Viña ante el poco eco que han encontrado hasta ahora sus quejas.