Se veía venir y por desgracia llegó. Como en el libro del escritor García Márquez: «Crónica de una muerte anunciada». Desde hace semanas, en las que cerca de 14.000 personas saharauis residentes en el Aaiún ocupado se han congregado en la zona de Gdeim Izik, a 18 kilómetros al este del Aaiún, alrededor de 4.000 jaimas entre las que muchas son tan solo trozos de tela para refugiarse de la intemperie y proteger especialmente a los niños. Llegaban S. O. S. continuos: nos vemos en la necesidad de solicitar, con urgencia, la presencia de observadores internacionales. En los territorios ocupados de forma inminente.

El motivo de este reclamo: denunciar su marginación por parte de Marruecos, la imposibilidad de trabajar, el expolio de sus recursos naturales, las violaciones de derechos humanos y todo lo que supone la ocupación ilegal del Sáhara occidental por parte del gobierno marroquí.

La causa de manifestarse en este lugar se debe a la imposibilidad de hacerlo en las ciudades donde habitan, debido al elevado control policial y a la gravedad de las consecuencias. El control que está ejerciendo Marruecos contra ellos es desmesurado, utilizando la gendarmería y helicópteros de la Marina Real. Varios miembros de la gendarmería marroquí han apedreado un Land Rover donde viajaban varios saharauis cuando querían entrar al lugar del campamento. Por ello valoramos la elevada importancia que los observadores internacionales puedan presenciar este movimiento de lucha pacífica por parte de la población saharaui y puedan atestiguar todo lo que allí suceda.

Uno de los llamamientos urgentes: la pasada semana dos conocidos generales marroquíes de alto rango, Housni Benslimane y Abdelaziz Bennani han intentado negociar con los responsables del comité saharaui para lograr desmantelar el campamento y acabar con la protesta, pero los saharauis se han negado a cualquier negociación si antes no se permite la entrada de agua potable, alimentos y medicinas. Los saharauis se quejan del desprecio que el gobierno marroquí está mostrando ante la protesta generalizada. Sin que hayan recibido aún ninguna respuesta. Desde el comité organizador se piensa que esta actitud despótica se debe en parte a que la prensa internacional no se ha hecho eco todavía, en toda su dimensión, de este protesta masiva que está llevando a cabo el pueblo saharaui en los territorios ocupados. No se conoce una movilización igual desde el comienzo de la intifada en el 2005. Una vez más el pueblo saharaui está dando muestras de su unidad.

El ejército marroquí mantiene cercado el campamento 24 horas. Al llegar la noche los helicópteros se acercan mucho y parece que van a tocar tierra. El ruido que producen aterroriza a la gente, por si esto fuera poco, grupos de colonos marroquíes a los que el ejército permite la entrada al campamento se introducen en las jaimas protagonizando escándalos con gritos y amenazas con el objetivo no solo de asustar sino de provocar disturbios. Que el equipo de saharauis encargado de la seguridad intenta controlar.

Ante este asedio continuo, ¿alguien puede dar alguna credibilidad al comunicado difundido por la agencia oficial MAP? Donde el Ministerio de Interior señala que «según los primeros elementos de la investigación los individuos en cuestión estaban a bordo de dos vehículos. Se disparó una bala desde uno de ellos, lo que obligó a las fuerzas del orden a responder».

Para las personas que seguimos de cerca las continuas vejaciones, violaciones y controles a los que es sometido el pueblo saharaui por el gobierno Alaui con su reyezuelo Mohamed VI al frente nos resulta una patraña que nos intenten hacer comulgar con ruedas de molino. ¿Qué iban armados? Vamos, no nos hagan reír que la muerte de un niño de 14 años no da precisamente risa. Visto lo visto y lo no visto que aún es peor, a alguien le puede extrañar que el coche en el que viajaba el adolescente, posiblemente aprovisionado con ayuda humanitaria, que seguro les requisaban, intentara atravesar sin detenerse uno de los puestos de control establecidos por el ejército marroquí. Pues tras esa infracción los militares del puesto abrieron fuego con metralletas sobre el vehículo.

Podríamos escribir páginas enteras y hacer un «extra» sobre el pueblo saharaui habida cuenta nuestros lazos históricos. Lazos que se resquebrajan en 1975 cuando Marruecos ocupó ilegalmente con la famosa Marcha Verde el Sáhara occidental. El estado español tuvo la posibilidad de unirse a Argelia para impedir esta invasión pero prefirió mirar hacia otro lado.

Humildemente le propongo a la señora Trinidad Jiménez, nueva ministra de Exteriores, que repase la resolución del consejo general de N. U. en su 5669ª sesión celebrada el 30 de abril del año 2007.

El caso del Sáhara hace actual la frase de Martin Luther King: «Lo peor no son los hombres malos sino el silencio de los hombres buenos». España y la comunidad internacional llevan 35 años con la boca amordazada.