F. V.

Decenas de personas pasaron ayer por el tanatorio de Avilés para arropar a la familia de María Lourdes Grela y su hijo Ian Villanueva, que fallecieron el pasado viernes en un accidente de tráfico ocurrido en el municipio cántabro de Santa María de Cayón. Los cuerpos de los fallecidos llegaron a la ciudad entrada la tarde y a partir de ese momento se repitieron las escenas de dolor. Alrededor de las siete se esperaba la llegada de un psicólogo para atender a la familia. El funeral se celebrará hoy a la una de la tarde en la iglesia parroquial parroquial de San Agustín, en el polígono de la Magdalena. A las seis y cuarto los cuerpos recibirán cristiana sepultura en el panteón familiar del cementerio de San Martín de Laspra, en Castrillón.

El trágico siniestro se produjo en un tramo considerado como punto negro en Cantabria. La zona de la nacional 634 donde se produjo el accidente es una vía rápida que soporta una alta densidad de tráfico por las obras inconclusas de la Autovía del Cantábrico en esa zona.