Luanco,

Illán GARCÍA

José Menéndez, «El Corbatón», y Pedro González Blanco fueron dos de los luanquinos que cruzaron el océano Atlántico entre finales del siglo XIX y principios del XX. Ambos atesoraban un fuerte humanismo militante, según se puede extraer de las palabras del cronista oficial de Gozón, Ignacio Pando García-Pumarino. De ahí, que se haya querido recordar a estos personajes y su vinculación con México en el centenario de la revolución de aquel país centroamericano.

González Blanco nació el 21 de noviembre de 1879. «Era un hombre de gran cultura e inquieto intelectualmente hablando», destaca Pando. Su relación con México se debe al periodismo. En 1908 cruzó el charco para informar de la revolución. Otra vez de vuelta en España, pronunció en Madrid una serie de conferencias en recuerdo de los personajes más relevantes de la revolución mexicana entre los que destacan Porfirio Díaz, Pancho Villa y Venustiano Carranza, a los que conoció personalmente, según destaca Pando. Pedro González Blanco fue un fiel defensor de la colonización de América y sus obras llegaron, apunta el cronista oficial de Gozón, a la Argentina de Perón y demás países latinoamericanos, donde reivindicó la aportación española.

José Menéndez, «El Corbatón», también nació en Luanco, pero tres años antes que el otro homenajeado. Llegó a México en 1889, desempeñó varios oficios en las ciudades de Veracruz y San Juan Bautista, en Villahermosa y Tabasco para llegar a México Distrito Federal, donde sin ser abogado actuó como defensor, especialmente de personas humildes. En su país de adopción aún sigue viva la imagen de este luanquín, sobre todo, en la plaza La Ranita, donde asesoraba a todo el que precisara de su perspicacia y sabiduría, apuntó el cronista oficial de Gozón, que añadió además que hoy en día existe un movimiento ciudadano que quiere levantar en aquel lugar una estatua de bronce en su nombre. Su mote, «El hombre del Corbatón», le viene dado porque desde 1916 utilizó una corbata negra de moño de grandes dimensiones.

«"El Corbatón" y Pedro González Blanco son el testimonio mas elocuente de que, a pesar de momentos marcados por intereses estatales, a pesar de la relación de colonia y metrópoli y por encima de las estructuras oficiales y los momentos históricos con sus intereses puntuales, existe una fraternidad, una comprensión basada en la historia, la lengua común, una estructura mental común que une a los pueblos», apuntó Ignacio Pando, que añadió además, en esta ocasión, refiriéndose a «El Corbatón», que personajes con su carisma y entrega son cada vez más necesarios en una sociedad en la que «se vive más con el bolsillo que con el corazón». Por ello, el cronista oficial de Gozón quiere que se recuerde en algún lugar de Luanco a José Menéndez, «el abogado de los pobres», como también se le conoció, con una sencilla placa. Pedro González Blanco ya posee una calle compartida con sus hermanos, Edmundo y Andrés, conocidos ateneístas de Gozón, según explicó Ignacio Pando García-Pumarino.

Con el repaso a las vidas de estos gozoniegos que cruzaron el charco se puso fin a la aportación del concejo de Gozón a estas jornadas que han recorrido varios concejos y en las que se pretende celebrar el centenario de la revolución mexicana y su vinculación con las tierras asturianas.