Myriam MANCISIDOR

«La industria farmacéutica tiende hacia el monopolio económico y el dominio en la campo de la investigación», sentenció ayer el médico del Hospital de Cabueñes (Gijón) y máster en bioética, Benjamín González, durante una conferencia que ofreció en el San Agustín bautizada «Medicalización, iatrogenia y ética de las relaciones con la industria farmacéutica». González destacó que ahora las empresas farmacéuticas - «onmipresentes y omnipotentes», recalcó- pueden dirigir su propia publicidad hacia el público que más les interese. Incidió, además, en la promoción que éstas hacen de sus productos entre los facultativos: «En España, la industria farmacéutica gasta de 8.000 a 13.000 euros por cada médico». Y confesó: «Los mejores vendedores de la enfermedad, capaces de convencer a los sanos de que realmente están enfermos, con toda una liturgia científica, somos nosotros».

En cuanto al papel de ciertos organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Benjamín González se preguntó cuál es su función realmente. «Hemos tenido un ejemplo claro con la gripe A y en España, concretamente, podemos hacer un seguimiento de todo el proceso de la vacuna del virus del papiloma humano para hallar respuestas», manifestó el médico, que hizo alusión a ciertos fármacos que con el paso de los años y después de tiempo en el mercado se han eliminado por factores adversos, algunos tan dañinos que ocasionaron la muerte de pacientes.

González hizo así un extenso repaso a la industria farmacéutica, a la medicalización, ética e iatrogenia (alteración dañina del estado del paciente producida por el médico).