Félix VALLINA

La firma norteamericana CSC, conocida en Asturias por su colaboración con Du Pont, será la encargada de gestionar la infraestructura informática de Arcelor-Europa, como ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Según aseguraron ayer fuentes de la multinacional del acero, la externalización del área no supondrá ningún despido en España, donde trabajan 68 personas en ese campo, de las cuales 64 desarrollan su labor en Avilés. Sólo 90 de los 484 empleados afectados por el cambio en todo el continente continuarán trabajando en las ramas de telefonía, cableado y en la parte industrial del área de informática -los únicos puestos que se han excluido del acuerdo de externalización- como miembros de la plantilla de Arcelor-Mittal, al resto se les ofrecerá la posibilidad de pasar a la nómina de CSC o de ser recolocados en otros puestos dentro de la propia Arcelor. Aún está por determinar cuantos trabajadores de Avilés están contemplados dentro de los 90 elegidos.

El párrafo anterior refleja la versión oficial de la empresa, que, según los sindicatos, omite un dato bastante relevante: aunque España no se verá afectada por los despidos, el proceso incluye un excedente de 88 personas en plantas que la empresa tiene repartidas por Europa. El mayor palo, según las centrales, lo recibirá la planta de Dunkerque (Francia), que actualmente gestiona buena parte de los ordenadores centrales de la empresa en Europa, como por ejemplo el de Arcelor-España, y en la que trabajan 150 personas dentro del sector de la informática

A pesar de que la negociación de los detalles de la externalización comenzará en España en el primer trimestra del año 2011, el acuerdo inicial contempla que la transferencia de actividades a CSC incluya el traslado de contratos de trabajo para aquellos que decidan pasar a filas de la firma norteamericana, «sin modificación alguna de las condiciones laborales o contractuales», explicaron fuentes de Arcelor-Mittal.

Las intenciones de CSC pasan por centralizar en Luxemburgo la infraestructura informática de Arcelor-Europa. Con esta medida, la multinacional del acero busca optimizar recursos basándose en la centralización de los centros de datos y ordenadores centrales (Mainframes) así como en la estandarización del software en toda Europa, una operación con la que se cuenta ahorrar unos 100 millones de euros anuales. Aunque los sindicatos se opusieron radicalmente a cualquier tipo de externalización desde el principio, la decisión ya está tomada y ahora sólo les queda negociar las condiciones del cambio para que sean lo menos traumáticas posible. «No vamos a admitir que ni un solo trabajador pase a CSC si no está de acuerdo y mucho menos que ninguno se quede sin trabajo», señaló Iñaki Malda, que estuvo presente como representante de UGT en el comité restringido extraordinario del pasado jueves, donde la empresa les dio a conocer a las centrales que la opción definitiva era la de CSC.

Los sindicatos aseguran que el proceso va a ser largo. «Esto va a durar unos tres años, un tiempo más que suficiente para conseguir que ningún trabajador asturiano se vea afectado por los cambios», subrayó Malda.