El resultado de la asamblea de IU evidencia el complicado periodo que atraviesa el partido en Avilés, quizás por no haber sabido gestionar correctamente una transición tranquila o una renovación consensuada. Al final, las familias han recurrido al enfrentamiento ante la imposibilidad de alcanzar una candidatura única. La fractura puede complicar seriamente la elaboración de la candidatura. Tampoco conviene hacer leña del árbol caído: el aún portavoz de IU en el Ayuntamiento ha sabido ir saliéndose con la suya en el gobierno local toreando a su antojo en muchas ocasiones a los socialistas. Pero algunas actitudes, como la de tensar la cuerda del pacto para jamás romperla han acabado por pasarle factura. Con este resultado, IU debería hacer borrón y cuenta nueva, pero será difícil con una dirección política tan dividida si se mantienen actitudes de ganadores y perdedores o afanes de revancha. Con mayor razón ante unas elecciones que pueden hacer que el partido caiga aún más en su pozo.