V. M.

«Se busca socio privado y capitalista interesado en participar en el Centro Niemeyer. Buena plataforma para firmas con intereses en Iberoamérica. Condiciones a convenir». Éste podría ser el reclamo con el que el Gobierno regional trata de atraer empresas para incorporarse al patronato del Centro Niemeyer. El objetivo, según indicó recientemente el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, es incorporar a nuevos miembros en el órgano de administración del centro cultural antes del mes de marzo, fecha en la que presumiblemente se llevará a cabo la inauguración del complejo diseñado por Niemeyer.

Hasta ahora la Fundación que dirige Natalio Grueso está mayoritariamente en manos de administraciones públicas. El Ministerio de Cultura, el Principado, el Ayuntamiento de Avilés y el Puerto avilesino sustentan económicamente la mayor parte del presupuesto hasta ahora provisional del centro cultural, que deberá comenzar a funcionar el próximo año. También forman parte del patronato Cajastur (que firmó un acuerdo para aportar 1,5 millones en cinco años) y la Fundación Cristina Masaveu, cuyo acuerdo con el Niemeyer se basa en la cooperación para organizar actividades, sin que hayan trascendido cifras económicas.

Con estos mimbres el Principado quiere ampliar la nómina de colaboradores en dinero o en actividades del centro de la ría. «La búsqueda se realiza en empresas asturianas de distinto tamaño, pero, sobre todo, en firmas de ámbito nacional o multinacional», aseguran fuentes próximas al proyecto. ¿Cómo puede articularse esa colaboración? «Todas las fórmulas están abiertas y es cuestión de discutirlas. Se pueden plantear patrocinios, una aportación económica fija o colaboración para programar actividades», señalan.

En cualquier caso, las administraciones no quieren desvincularse del proyecto. «Seguirá habiendo aportaciones públicas», aseguran medios del Gobierno regional. Lo que se busca es promover acuerdos similares a los que se plantearon con el centro de arte de la Laboral.

La figura de Niemeyer puede convertirse en un buen reclamo. «Está claro que el centro cultural tiene una vocación internacional, pero también enlaza con el mundo iberoamericano, por lo cual puede ser una vía interesante para empresas que quieran potenciar su imagen al otro lado del Atlántico», explican los mismos medios.

Por ahora, pese a que el presidente del Principado anunció incorporaciones en el mes de marzo, no hay cerrado ningún acuerdo. Sí se están sondeando empresas, aunque algunas resultan más duras de roer que otras. La Fundación Niemeyer lleva meses intentando incorporar a Arcelor, que hasta ahora no ha dado su asentimiento.

Una buena pista para señalar a las empresas candidatas es la Fundación de la Laboral. A ella pertenecen Alcoa, Dragados, FCC Construcción, HC Energía, Constructora San José, Sedes y la Fundación Telefónica. Alcoa tiene su planta en Avilés y esta misma semana recibió la visita del Presidente del Principado para recorrer las instalaciones, recién reformadas tras las inundaciones. Sedes es la empresa constructora del Centro Niemeyer. La Fundación Telefónica y HC Energía pueden ser también otras candidatas a ser «cortejadas» por el Gobierno regional.

El Centro Niemeyer ha estrechado lazos con otras firmas como el grupo Planeta o la Fundación La Caixa, que han expresado públicamente su interés en colaborar con el proyecto, pero este compromiso no se ha concretado públicamente aún.

Cabe suponer que algunas de las incógnitas sobre el futuro funcionamiento del Centro Cultural comiencen a despejarse a medida que se aproxima la fecha de inauguración. Hasta ahora, la Fundación ha organizado actos de forma esporádica y buscando el impacto mediático para mantener viva la llama del centro mientras se construían los edificios. De cara a la apertura del complejo, el Principado ha incrementado su aportación presupuestaria, que en 2011 sumará 1.150.000 euros. Aun así, el objetivo del Gobierno regional es que el centro sea autosuficiente.

En los próximos meses la Fundación deberá perfilar la programación del centro para el próximo año. Esta programación también puede estar sujeta a acuerdos con otras empresas o fundaciones, que puedan aportar actividades como fórmula de colaboración.

En cualquier caso, la Fundación seguirá rigiéndose como una entidad casi privada, ajena al control de órganos públicos, como la Sindicatura de Cuentas, al igual que ocurre con otras sociedades y fundaciones en las que participa el Principado. Hasta ahora, tiempo en el que el capital público ha sido prácticamente el sostén de la Fundación, las cuentas han permanecido sólo a ojos vista de los patronos. Si se logra que el peso del dinero privado sea mayor en el presupuesto de la entidad, las vías de control público serán aún menores.