Francisco L. JIMÉNEZ

Los inquilinos de los 135 pisos sociales de alquiler construidos a instancias del Principado en las calles Corbeta y Ría de Avilés (barrio del Nodo) se niegan a pasar el invierno tiritando de frío o, en su defecto, a pagar un precio «abusivo» por el servicio de calefacción, que según su denuncia, así debe ser calificada la tarifa que les pretende cobrar la constructora de las viviendas: 88 euros al mes más IVA (un precio que incluye el consumo doméstico de agua caliente). Con estas premisas llevan varios días reuniéndose y mandando cartas a varias instancias administrativas de la región para solicitar que se clarifique de una vez una polémica que lleva dándoles quebraderos de cabeza desde el pasado día 23 de ciembre.

«El día antes de Nochebuena, la constructora de los pisos, AVN, nos mandó una carta en la que informaba de que se hacía cargo del servicio de calefacción y agua caliente tras haber rescindido el contrato con la compañía Energis y Nuevas tecnologías. Asimismo, nos hacía saber que cobraría una cuota fija mensual de 88 euros más IVA añadiendo que a los vecinos que no pagasen ese recibo les precintarían las calefacciones», explica una de las vecinas residentes en estos pisos.

«Los vecinos nos reunimos y tras concluir que esa medida nos parecía injusta y el precio propuesto desproporcionado -no olvidemos que éstos son pisos protegidos- respondimos quejándonos a la constructora. El 6 de enero, en un asegunda carta, AVN nos informa de que cobrará una cuota mensual fija de 27 euros más IVA a quienes quieran prescindir del servicio de calefacción y que se mantienen los 88 euros más IVA para el resto», continúa la misma interlocutora.

Los vecinos no entienden ni por qué AVN impuso la contratación de Energis como compañía suministradora de energía «cuando ni siquiera es asturiana», ni por qué luego se canceló el contrato con esa empresa. Tampoco están de acuerdo con pagar una cuota fija de consumo de agua cliente o calefacción «dado que hay pisos de diferentes tamaños y en ellos viven familias con diferentes número de miembros».

Pero no acaban aquí las críticas. «Los recibos de agua caliente y calefacción no son detallados, de manera que nadie sabe cuánto gasta realmente ni por qué paga una cantidad y no otra. Tampoco tenemos acceso a los contadores, de modo que no podemos controlar nosotros mismos los consumos», critica una de las afectadas. El resultado de este aparente caos en la gestión del agua caliente y la calefacción, según el relato de los vecinos, «es que hay familias que pagan 270 euros de renta a los que se giraron recibos de calefacción de 300 euros». Ante el temor a la llegada de una factura de esas características, muchos vecinos aseguran que se privan de encender los radiadores. «Pero pasar frío, la verdad, no debería ser una opción», se queja un inquilino.