Rosa Díez (Sodupe-Vizcaya, 1952) se declara una apasionada de la política, actividad que absorbe su tiempo desde la década de los años ochenta, cuando dejó aparcada su plaza de funcionaria de la administración del Estado. Durante su etapa en el PSOE desempeñó cargos en el Gobierno vasco en las áreas de Interior, Bienestar Social, Comercio y Sanidad. En agosto de 2007 dejó el PSOE y se embarcó en el proyecto al que ahora pone cara: Unión Progreso y Democracia (UPyD). Ayer hizo las veces de madrina en la inauguración de la sede avilesina de esta fuerza política, que aspira en las elecciones de mayo a hacerse un hueco en los ayuntamientos asturianos y en la Junta General del Principado.

-He ojeado el recetario de cocina que tiene colgado en su página web justo al lado del recetario político; si su partido «moja» en las elecciones al Principado ¿se atreverá con una fabada?

-(Risas). Como cocinera todavía no llego a un plato de la complejidad de la fabada, pero unas buenas alubias pochas, como vasca que soy, sí que podría ser.

-Ahora en serio, ¿qué expectativas tiene UPyD para los comicios de mayo?

-Es la primera vez que concurrimos a unas elecciones en Asturias, por lo que será una prueba de fuego. Confiamos en que nuestro mensaje de regeneración democrática cale y refuerzo del modelo de estado cale entre los asturianos y obtengamos su confianza para entrar en las instituciones públicas.

-Se vislumbra un escenario de atomización política y voto fragmentado. ¿Les perjudica esa circunstancia?

-Lo que nos preocupa es la utilidad del voto. Los 9.399 votos que obtuvo UPyD en Asturias en 2008 se han revelado más útiles que las decenas de miles que recibieron el PSOE y el PP. Ninguno de esos partidos fue capaz en toda la legislatura de afrontar problemas como la pérdida de calidad de la educación, la crisis económica, el modelo territorial... En cambio UPyD ya había puesto esos asuntos sobre la mesa antes siquiera de que su gravedad trascendiera.

-Un político de peso como Francisco Álvarez Cascos pega el portazo y funda un partido. ¿Le suena la película?

-Sí claro, la sigo por los medios. Cascos abandera ahora un discurso conservador y nacionalista.

-Lo que quería decir es que si usted, que dejó el PSOE, se ve reflejada en la marcha de Cascos del PP.

-Ese no es mi espejo.

-Asturias está convulsionada desde hace unos días por un presunto caso de corrupción que salpica a la esfera política. ¿Cómo atajar esta lacra?

-Con más transparencia en la gestión pública y con la exigencia de responsabilidades políticas, aparte de las penales. Es crucial devolver la dignidad al ejercicio de la política porque sino los ciudadanos dejarán de creer en las instituciones y eso allanaría el camino al avance de opciones populistas y antisistema.

-¿Necesita usted traductor de euskera para hacer su trabajo en el Congreso a semejanza de lo que ocurre en el Senado?

-Semejante medida me parece una astracanada, aparte de una decisió impresentable porque cuesta un dinero que no tenemos y porque sólo responde al interés de los nacionalistas en cimentar el mito de que no hay nada común entre los españoles, ni siquiera la lengua.

-¿Votaría a favor de recortar sus emolumentos como diputada?

-Ya nos bajamos las retribuciones, comoo se hizo con las de los funcionarios. Lo que yo plantearía es homologar nuestro sistema de acceso a las pensiones al delresto de los españoles.

-¿Está más cerca el fin de ETA tras el último comunicado de la banda anunciando una tregua indefinida?

-Yo sé que voy a ver la derrota de ETA, pero no porque los terroristas se conviertan en demócratas sino gracias al trabajo conjunto de los poderes públicos, los jueces y las fuerzas del orden. Hoy estamos más cerca de ese día, pero no por ese comunicado sino porque las cosas se están haciendo bien.

Rosa Díez fue la encargada de inaugurar ayer la sede que UPyD ha abierto en la calle la Cámara para atender a sus militantes y organizar la próxima campaña electoral. Después de visitar el local, la diputada nacional se dirigió al hotel Ferrera para pronunciar una conferencia sobre su particular visión de España y los problemas que otros partidos son «incapaces de resolver». En la imagen, Díez a su llegada a la sala donde departió con los simpatizantes.