¡Ojalá surja en Avilés un Jovellanos y no haya un Manuel Godoy que nos lo encarcele!

Esta expresión fue entresacada por mi buen amigo y lúcido periodista, José Francisco Álvarez Buylla (LA NUEVA ESPAÑA, 27-12-2005), de una charla que sobre Avilés Industrial y a invitación de la Sociedad de Amigos del País de Avilés y su Comarca, tuve el gusto de dar en el palacio de Valdecarzana.

No es difícil pensar que tanto mi amigo José Francisco como yo, y me imagino que muchos de los asistentes, pudiéramos estar viendo a Francisco Álvarez Cascos representando el papel de Jovellanos. Digo esto porque ya unos meses antes Álvarez Buylla encabezaba su página «La Calle» con «Cascos, un candidato que los avilesinos proponen para presidir el Principado» (LA NUEVA ESPAÑA, 28-04-2005).

Desde entonces y especialmente en este último año, el deseo expreso de llevar en el PP a Cascos de candidato, ha sido un clamor para los votantes del centro-derecha y para aquellos que, con lógica y desde otras posiciones, piensan que es una oportunidad que no se puede perder para salir del marasmo en el que se encuentra Asturias.

El señor Rajoy si quiere tener un mínimo de credibilidad en Asturias, de cara a las próximas elecciones generales, tendrá que explicar con claridad por qué no ha querido nombrar candidato al señor Álvarez Cascos, desoyendo la voz de sus electores. Así mismo tendrá que explicar el por qué esperó hasta el 30 de diciembre para desvelar una decisión que evidentemente tenía tomada hacía tiempo. En su mano estuvo haber evitado tanta división. Tampoco vendría mal que dijera qué tiene contra Asturias, para haber actuado con tanto desprecio.

Volviendo a mi deseo inicial de querer tener un Jovellanos libre, aquí tenemos al señor Rajoy en el papel de Godoy, tratando de encarcelarle. Lo que sucede ahora es que aún no ha terminado la función. Todavía faltan cuatro meses, o catorce, para que se eche el telón.

¡Quién me lo iba a decir! En veintiocho años que llevo en el Partido Popular, mejor dicho, que llevaba (la semana pasada presenté mi bien meditada baja en Castrillón), jamás había visto en el mismo tanta falta de ilusión, tanta escasez de democracia interna y tanto exceso de mal gusto. Llegado a este punto, no sería justo que no librara a la Junta Local de Castrillón, que salvo raras excepciones siempre ha hecho gala de lo contrario.

En fin, quiero ser optimista y pensar que a lo mejor estamos ante uno de esos cisnes negros, ya saben, uno de esos sucesos altamente improbables, de consecuencias impensables y que no se pueden identificar hasta después de sucedido. ¿Por qué no? Acuérdense de las palabras de Harper Lee, que el propio Cascos citaba el pasado día 2 en su comparecencia ante los medios: «Uno raras veces vence, pero alguna vez convence». Al fin y al cabo la reconquista comenzó en Asturias. ¿Estaremos ante un cisne negro?

Está claro que el señor Rajoy no conoce bien a los asturianos. Me temo que en mayo los va a conocer mejor.