Félix VALLINA

Los integrantes de la asociación Libélula Huerta se pusieron ayer el mono de trabajo para avanzar otro pasito en su empeño por convertir una parcela situada en la zona de El Quirinal -en plena ciudad- en un «bosque comestible» en el que abundarán los árboles frutales, los autóctonos, las hortalizas y las plantas medicinales. «Queremos acercar la tierra a la gente y la gente a la tierra; la idea es conseguir un espacio natural en medio de la ciudad que pueda servir para surtir de alimentos saludables a los vecinos de la zona y para que ellos mismos ocupen parte de su tiempo en gestionarlo, que es una buena forma de entrar en contacto directo con la naturaleza», explicó una de las agricultoras de la asociación, Susana Ruiz.

A lo largo de toda la mañana, al igual que ocurrió en fines de semana anteriores, niños y mayores pasaron por la parcela de El Quirinal para tomar parte en la iniciativa colaborando con su trabajo.